12. El sueño era éste: Onías, dulce en el trato, de palabra elegante y que desde la niñez se había ejercitado en la virtud, con las manos levantadas oraba por el pueblo de los judíos.





“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina