3. Les dirás: Éstas son las ofrendas quemadas en honor del Señor. Diariamente, dos corderos de un año, sin defecto, como holocausto perpetuo.





“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina