29. ¿Para quién los ayes?, ¿para quién los lamentos?, ¿para quién las disputas?, ¿para quién las quejas?, ¿para quién las heridas sin motivo?, ¿para quién los ojos amoratados?





“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraco com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina