8. Estas barras eran tan largas que sus puntas se veían desde el Lugar Santo que precede al Lugar Santísimo; pero no se veían desde afuera. Y permanecieron allí hasta el día de hoy.





“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina