31. Y le dijo: «¡Oh bendito de Yavé! ¿Por qué te quedas afuera? Ven. He despejado un sitio en la casa y hay cabida para tus camellos.»





“Você teme um homem,um pobre instrumento nas mãos de Deus, mas não teme a justiça divina?” São Padre Pio de Pietrelcina