16. Y desde la tarde hasta la mañana, se vio sobre la Morada algo como un resplandor de fuego.Y fue siempre así: de día la cubría la nube y, de noche, como un resplandor de fuego.





“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina