Löydetty 100 Tulokset: Cayó
Pero Asael no quiso apartarse, y Abner le atravesó el vientre con la lanza, que salió por la espalda. Allí mismo cayó y murió. Todos los que pasaban se detenían en el lugar donde Asael había caído muerto. (2 Samuel 2, 23)
(Jonatán, hijo de Saúl, tenía un hijo cojo, llamado Mipibaal. Cuando tenía cinco años llegó a Jezrael la noticia de la muerte de Saúl y de Jonatán; su nodriza lo tomó y huyó, pero con el apuro de la fuga se le cayó y quedó cojo.) (2 Samuel 4, 4)
Entonces la ira de Yavé se encendió contra Uzzá y allí mismo Dios lo castigó por haberse atrevido a tocar el Arca, y cayó muerto al lado del Arca de Dios. (2 Samuel 6, 7)
David mató a los combatientes de sete cientos carros de guerra, y cayeron cuarenta mil hombres de a pie. También cayó Sobac, el ge neral en jefe, quien murió allí mismo. (2 Samuel 10, 18)
Hadad cayó bien a Faraón, que le dio por esposa a la hermana de su mujer, la Gran Dama Tajfanés. (1 Reyes 11, 19)
Por aquel tiempo cayó enfermo el hijo de Jeroboam, que se llamaba Abías. (1 Reyes 14, 1)
Viendo esto, el pueblo cayó, rostro en tierra, y exclamó: «¡Yavé es Dios! ¡Yavé es Dios!» (1 Reyes 18, 39)
Empezó a soplar el viento y las nubes oscurecieron el cielo, hasta que cayó una gran lluvia. Ajab entonces subió a su carro y se fue a Jezrael. (1 Reyes 18, 45)
En Samaria, Ocozías se cayó por la ventana de su habitación del segundo piso y quedó maltrecho. Envió mensajeros, a los que había encomendado lo siguiente: «Vayan a consultar a Baalzebub, dios de Acarón, para saber si sobreviviré a este accidente.» (2 Reyes 1, 2)
Volvió el rey a enviarle un tercer jefe con cincuenta hombres. Este, al llegar, cayó de rodillas ante Elías y le dirigió estas palabras: «Hombre de Dios, te ruego que me perdones, así como a mis cincuenta hombres; todos somos siervos tuyos. (2 Reyes 1, 13)
Estaba uno derribando un árbol cuando se le cayó el hacha al río, y exclamó: «¡Ay, mi señor, un hierro que me habían prestado!» (2 Reyes 6, 5)
Jehú había tendido su arco y le disparó a Joram una flecha que, entrando por la espalda, le atravesó el corazón. Y Joram cayó muerto en su carro. (2 Reyes 9, 24)