Löydetty 633 Tulokset: Jacob bendice a Faraón

  • Y añade Yavé: ¡Vitoreen con alegría a Jacob, aclamen a la primera de las naciones! Háganse escuchar, celébrenlo y publíquenlo: "¡Yavé ha salvado a su pueblo, al resto de Israel!" (Jeremías 31, 7)

  • Porque Yavé ha rescatado a Jacob y lo ha librado de las manos del poderoso. (Jeremías 31, 11)

  • en ese caso ¡tampoco me preocuparé de la familia de Jacob y de David, mi servidor, ni tomaré más de entre sus descendientes a quienes gobiernen la posteridad de Abraham, de Isaac y de Jacob; pues quiero que vuelvan de su cautiverio y demostrarles así compasión. (Jeremías 33, 26)

  • Por otra parte, los caldeos que estaban sitiando a Jerusalén, habiendo tenido noticia que el ejército de Faraón había salido de Egipto, se retiraron de la ciudad. (Jeremías 37, 5)

  • Así dice Yavé, Dios de Israel: Esta es la respuesta que entregarán ustedes al rey de Judá que los envió a consultarme: El ejército de Faraón que había salido de Egipto para ayudarlos, se volverá a su país, (Jeremías 37, 7)

  • Cuando los caldeos estaban sitiando a Jerusalén, les llegó la noticia de que un ejército del Faraón se acercaba, y se retiraron. (Jeremías 37, 11)

  • «Toma unas piedras grandes y, a la vista de los judíos, mételas en el cemento de la plaza cuadrada que hay a la entrada del palacio de Faraón, en Tafnes. (Jeremías 43, 9)

  • Yavé lo asegura: Voy a entregar al Faraón Hofrá, rey de Egipto, en manos de sus enemigos que quieren quitarle la vida, igual que entregué a Sedecías, rey de Judá, en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, su enemigo, que quería matarlo.» (Jeremías 44, 30)

  • Para Egipto y el ejército del Faraón Necao, rey de Egipto, que estaba cerca del río Eufrates, en Carquemis, y al que derrotó Nabucodonosor, rey de Babilonia, el año cuarto del reinado de Joaquim, rey de Judá. (Jeremías 46, 2)

  • Pongan este nombre a Faraón: «¡Ruido a destiempo!» (Jeremías 46, 17)

  • Yavé de los Ejércitos, el Dios de Israel, ha declarado: Voy a castigar a Amón de No, el Faraón, y a los que ponen en él su confianza. (Jeremías 46, 25)

  • No tengas miedo, Jacoob, mi servidor; no te asustes, Israel. Pues yo estoy aquí para sacarte de tierras lejanas y a tus hijos del país donde están cautivos. Jacob recobrará la calma y vivirá tranquilo, sin que nadie lo moleste. (Jeremías 46, 27)


“Deus quer que as suas misérias sejam o trono da Sua misericórdia.” São Padre Pio de Pietrelcina