Löydetty 133 Tulokset: caer

  • Soltaron las anclas y las dejaron caer al mar mientras aflojaron las cuerdas de los timones; izaron al viento la vela delantera y se dejaron arrastrar hacia la playa. (Hecho de los Apóstoles 27, 40)

  • Pensaban que se iba a hinchar o caer muerto de repente, pero después de esperar largo rato, vieron que no le pasaba nada. Entonces cambiaron de parecer y decían que era un dios. (Hecho de los Apóstoles 28, 6)

  • como está escrito: Mira que pongo en Sión una piedra para tropezar, una roca que hace caer, pero el que crea en él no será confundido. (Carta a los Romanos 9, 33)

  • Si al caer ellos el mundo se reconcilió con Dios, ¿qué significará su reintegración, sino que la vida resurge de entre los muertos? (Carta a los Romanos 11, 15)

  • Cuídense, pues, de que sus derechos no hagan caer a los débiles. (1º Carta a los Corintios 8, 9)

  • Por lo tanto, si algún alimento ha de llevar al pecado a mi hermano, mejor no como nunca más carne para no hacer caer a mi hermano. (1º Carta a los Corintios 8, 13)

  • Así, pues, el que crea estar en pie tenga cuidado de no caer. (1º Carta a los Corintios 10, 12)

  • al impedirnos hablar a los paganos para que se salven. Lo hacen todo para colmar la medida de sus pecados, pero la condenación está para caer sobre ellos. (1º Carta a los Tesalonicenses 2, 16)

  • No se debe escoger a un recién convertido, no sea que el cargo se le suba a la cabeza y el diablo lo haga caer. (1º Carta a Timoteo 3, 6)

  • Es espantoso caer en las manos del Dios vivo. (Carta a los Hebreos 10, 31)

  • piedra en la que la gente tropieza y roca que hace caer. Cuando se niegan a creer en la palabra, están tropezando con aquello en lo que debían afirmarse. (1º Carta de Pedro 2, 8)

  • Así pues, queridos, estando ya advertidos, tengan cuidado para que esa gente extraviada no arrastre a los que estaban firmes y los haga caer. (2º Carta de Pedro 3, 17)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina