Löydetty 461 Tulokset: fuentes de agua viva

  • Se vestirá con la túnica sagrada de lino, se pondrá los calzoncillos de lino, se ceñirá la faja de lino y se cubrirá con el turbante de lino. Estas son las vestiduras sagradas que vestirá después de haberse lavado con agua. (Levítico 16, 4)

  • Entonces lavará su cuerpo con agua en un lugar sagrado y se pondrá sus vestiduras. Y saldrá para ofrecer su holocausto y el holocausto del pueblo; luego hará la expiación por sí mismo y por el pueblo (Levítico 16, 24)

  • El hombre encargado de soltar el macho cabrío para Azazel se bañará y lavará sus vestidos en agua; después volverá al campamento. (Levítico 16, 26)

  • Este será para ustedes un rito perpetuo. En el mes séptimo, el día décimo, ustedes ayunarán y no harán trabajo alguno, tanto el israelita como el forastero que viva con ustedes. (Levítico 16, 29)

  • Por eso he dicho a los hijos de Israel: «Ninguno de ustedes comerá sangre, ni tampoco el forastero que viva entre ustedes.» (Levítico 17, 12)

  • Toda persona nacida en el país, o todo forastero que haya comido carne de animal muerto o destrozado deberá lavar sus vestidos y bañarse en agua, y quedará impuro hasta la tarde; después será puro. (Levítico 17, 15)

  • Teniendo ya mujer, no tomarás a su hermana para ponerla celosa, teniendo relaciones con su hermana mientras viva ella.. (Levítico 18, 18)

  • Cuando un forastero viva junto a ti, en tu tierra, no lo molestes. (Levítico 19, 33)

  • Al forastero que viva con ustedes lo mirarán como a uno de ustedes y lo amarás como a ti mismo, pues ustedes también fueron forasteros en Egipto: ¡yo soy Yavé, tu Dios! (Levítico 19, 34)

  • Si se prostituye la hija de un sacerdote, se profana a sí misma y a su padre: será quemada viva. (Levítico 21, 9)

  • en ese caso será impuro hasta la tarde y no comerá de las cosas santas hasta después de haber bañado su cuerpo en agua. (Levítico 22, 6)

  • Ningún extraño comerá de las cosas sagradas; el que viva en casa del sacerdote o que trabaje a su servicio, no comerá de las cosas sagradas. (Levítico 22, 10)


“Padre, eu não acredito no inferno – falou um penitente. Padre Pio disse: Acreditará quando for para lá?” São Padre Pio de Pietrelcina