Löydetty 257 Tulokset: paso del Mar Rojo

  • El que abre camino saldrá delante de ellos, y ellos alargarán el paso; les hará pasar la puerta y por ella saldrán; sí, su rey marchará delante de ellos, Yavé los encabezará. (Miqueas 2, 13)

  • Entonces el resto de Jacob será en medio de numerosos pueblos como león entre los animales de la selva, como cachorro entre los rebaños de corderos, que aplasta cuanto encuentra a su paso, y nadie puede arrebatárl su presa. (Miqueas 5, 7)

  • Sus valientes llevan el escudo rojo, sus guerreros están vestidos de púrpura. Los carros alistados brillan como antorchas y sus hombres llevan el casco. (Nahún 2, 4)

  • «He tenido una visión esta noche: Había un hombre montado en un caballo rojo que estaba entre medio de los arrayanes, de raíces muy profundas. Lo seguían caballos rojos, alazanes, negros y blancos.» Yo entonces pregunté «¿Qué son éstos, Señor?» (Zacarías 1, 8)

  • Cruzarán el mar Rojo, quedará seco el cauce del Nilo. Será aplastado el orgullo de Asur y no habrá más rey en Egipto. (Zacarías 10, 11)

  • Jesús le tocó la mano y se le pasó la fiebre. Ella se levantó y comenzó a atenderle. (Evangelio según San Mateo 8, 15)

  • Jesús respondió: «Al atardecer ustedes dicen: Hará buen tiempo, pues el cielo está rojo y encendido. (Evangelio según San Mateo 16, 2)

  • Y por la mañana: Con este cielo rojo obscuro, hoy habrá tormenta. Ustedes, pues, conocen e interpretan los aspectos del cielo, ¿y no tienen capacidad para las señales de los tiempos? (Evangelio según San Mateo 16, 3)

  • En seguida Jesús los dejó y salió de la ciudad en dirección a Betania, donde pasó la noche. (Evangelio según San Mateo 21, 17)

  • Lo mismo pasó con el segundo y el tercero, hasta el séptimo. (Evangelio según San Mateo 22, 26)

  • Después tomó una copa, dio gracias y se la pasó diciendo: «Beban todos de ella: (Evangelio según San Mateo 26, 27)

  • Le quitaron sus vestidos y le pusieron una capa de soldado de color rojo. (Evangelio según San Mateo 27, 28)


“Seja paciente e espere com confiança o tempo do Senhor”. São Padre Pio de Pietrelcina