Löydetty 332 Tulokset: Saúl

  • Al tercer día, llegó un hombre del campamento de Saúl, con la ropa hecha jirones y la cabeza cubierta de polvo. Cuando se presentó ante David, cayó con el rostro en tierra y se postró. (II Samuel 1, 2)

  • David añadió: "¿Qué ha sucedido? Cuéntame todo". Entonces él dijo: "La tropa huyó del campo de batalla y muchos del pueblo cayeron en el combate; también murieron Saúl y su hijo Jonatán". (II Samuel 1, 4)

  • David dijo al joven que le traía la noticia: "¿Cómo sabes que murieron Saúl y su hijo Jonatán?". (II Samuel 1, 5)

  • El joven respondió: "Yo estaba por casualidad en el monte Gelboé, y de pronto vi a Saúl apoyado en su lanza, mientras los carros y los caballos lo perseguían de cerca. (II Samuel 1, 6)

  • Se lamentaron, lloraron y ayunaron hasta el atardecer por Saúl, por su hijo Jonatán, por el pueblo del Señor y por la casa de Israel, porque habían caído al filo de la espada. (II Samuel 1, 12)

  • David entonó este canto fúnebre por Saúl y su hijo Jonatán, (II Samuel 1, 17)

  • ¡Montañas de Gelboé, que no caiga sobre ustedes rocío ni lluvia, ni se cubran de campos fructíferos! Porque allí fue mancillado el escudo de los héroes, el escudo de Saúl, ungido no con aceite, sino con sangre de heridos y grasas de guerreros. (II Samuel 1, 21)

  • ¡El arco de Jonatán no retrocedió jamás, nunca fallaba la espada de Saúl! (II Samuel 1, 22)

  • ¡Saúl y Jonatán, amigos tan queridos, inseparables en la vida y en la muerte! Eran más veloces que águilas, más fuertes que leones. (II Samuel 1, 23)

  • Hijas de Israel, lloren por Saúl, el que las vestía de púrpura y de joyas y les prendía alhajas de oro en los vestidos. (II Samuel 1, 24)

  • Luego vinieron los hombres de Judá, y ungieron allí a David como rey sobre la casa de Judá. Cuando informaron a David que los hombres de Iabés de Galaad habían sepultado a Saúl, (II Samuel 2, 4)

  • él les envió unos mensajeros para decirles: "Que el Señor los bendiga por haber realizado este acto de fidelidad hacia Saúl, su señor, dándole sepultura. (II Samuel 2, 5)


“Mesmo a menor transgressão às leis de Deus será levada em conta.” São Padre Pio de Pietrelcina