Löydetty 450 Tulokset: altar de Baal

  • La historia de Judas Macabeo y sus hermanos, de la purificación del gran Templo y de la dedicación del altar, (II Macabeos 2, 19)

  • los sacerdotes, postrados ante el altar con sus ornamentos sagrados, suplicaban al Cielo, que había dictado la ley sobre los bienes en depósito, rogándole que los conservara intactos para quienes los habían depositado. (II Macabeos 3, 15)

  • que ya los sacerdotes no tenían ningún celo por el servicio del altar, sino que despreciaban el Templo. Apenas se daba la señal de lanzar el disco, dejaban de lado los sacrificios y se apresuraban a participar en los ejercicios de la palestra, que eran contrarios a la Ley. (II Macabeos 4, 14)

  • El altar estaba repleto de ofrendas ilegítimas, proscritas por la Ley. (II Macabeos 6, 5)

  • Una vez purificado el Templo, construyeron otro altar. Luego, sacando fuego del pedernal, ofrecieron un sacrificio, después de dos años de interrupción, y renovaron el incienso, las lámparas y los panes de la ofrenda. (II Macabeos 10, 3)

  • Postrados al pie del altar, le pedían que se mostrara propicio con ellos, haciéndose enemigo de sus enemigos y adversario de sus adversarios, como lo declara la Ley. (II Macabeos 10, 26)

  • Esto le sucedió con toda justicia; en efecto, aquel que había perpetrado tantos crímenes contra el altar, cuyo fuego y ceniza son sagrados, encontró él mismo la muerte en la ceniza. (II Macabeos 13, 8)

  • Un cierto Álcimo, que antes había sido Sumo Sacerdote, pero que se había contaminado voluntariamente en el tiempo de la ruptura con el paganismo, comprendiendo que él ya no podía rehabilitarse ni acceder al altar sagrado, (II Macabeos 14, 3)

  • él, extendiendo la mano derecha hacia el Santuario, pronunció este juramento: "Si no me entregan prisionero a Judas, arrasaré este recinto consagrado a Dios, derribaré el altar y levantaré aquí mismo un espléndido templo a Dionisos". (II Macabeos 14, 33)

  • Al llegar allí, convocó a sus compatriotas y a los sacerdotes, se puso delante del altar y mandó buscar a los de la Ciudadela. (II Macabeos 15, 31)

  • El Amado: Salomón tenía una viña en Baal Hamón; la confió a unos cuidadores, y cada uno le traía mil siclos de plata por sus frutos. (Cantar 8, 11)

  • Tú me ordenaste construir un Templo sobre tu santa montaña y un altar en la ciudad donde habitas, réplica del santo Tabernáculo que habías preparado desde el principio. (Sabiduría 9, 8)


“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina