Löydetty 214 Tulokset: ayuda al prójimo

  • Hoy ustedes se habían convertido y habían hecho lo que es recto a mis ojos, proclamando cada uno la liberación de su prójimo; ustedes habían hecho un pacto en mi presencia, en la Casa que es llamada con mi Nombre. (Jeremías 34, 15)

  • Por eso, así habla el Señor: Ustedes no me han escuchado, proclamando cada uno la liberación de su hermano y de su prójimo. Ahora, yo proclamo para ustedes una liberación -oráculo del Señor-: los dejo librados a la espada, a la peste y al hambre, y los convertiré en un motivo de horror para todos los reyes de la tierra. (Jeremías 34, 17)

  • Es a causa del día que llega para arrasar a todos los filisteos, para cortar a Tiro y a Sidón todo resto de ayuda. Porque el Señor arrasa a los filisteos, al resto de la isla de Caftor. (Jeremías 47, 4)

  • Aún se consumían nuestros ojos, aguardando en vano una ayuda; en nuestros puestos de guardia, mirábamos hacia una nación que no puede salvar. (Lamentaciones 4, 17)

  • si no participa de las comidas sagradas en las montañas y no levanta sus ojos hacia los ídolos de la casa de Israel; si no deshonra a la mujer de su prójimo y no se acerca a una mujer en los días de su menstruación; (Ezequiel 18, 6)

  • mientras que él no ha hecho ninguna de ellas, un hijo que participa de las comidas sagradas en las montañas y deshonra a la mujer de su prójimo; (Ezequiel 18, 11)

  • no participa de las comidas sagradas en las montañas ni levanta sus ojos a los ídolos de la casa de Israel; no deshonra a la mujer de su prójimo; (Ezequiel 18, 15)

  • Uno comete abominación con la mujer de su prójimo; otro contamina a su nuera de una manera infame; otro viola a su hermana, la hija de su propio padre. (Ezequiel 22, 11)

  • En ti se acepta soborno para derramar sangre. Practicas la usura y prestas a interés, extorsionas a tu prójimo y te olvidas de mí -oráculo del Señor-. (Ezequiel 22, 12)

  • Ustedes confían en sus espadas, cometen lo que es abominable, contaminan a la mujer de su prójimo, ¡y pretenden poseer el país! (Ezequiel 33, 26)

  • El Príncipe del reino de Persia me opuso resistencia durante veintiún días, pero Miguel, uno de los primeros Príncipes, ha venido en mi ayuda. Yo lo dejé allí, junto al Príncipe de los reyes de Persia, (Daniel 10, 13)

  • Mientras ellos caigan, recibirán un poco de ayuda, y muchos se unirán a ellos, pero hipócritamente. (Daniel 11, 34)


“Quando a videira se separa da estaca que a sustenta, cai, e ao ficar na terra apodrece com todos os cachos que possui. Alerta, portanto, o demônio não dorme!” São Padre Pio de Pietrelcina