Löydetty 327 Tulokset: diez tribus

  • La Amada: Mi amado es apuesto y sonrosado, se distingue entre diez mil. (Cantar 5, 10)

  • durante diez meses tomé consistencia en su sangre, gracias al semen paterno y al placer que va acompañado del sueño. (Sabiduría 7, 2)

  • Lo que él teme son los ojos de los hombres, y no sabe que los ojos del Señor son diez mil veces más luminosos que el sol, que observan todos los caminos de los hombres y penetran en los rincones más ocultos. (Eclesiástico 23, 19)

  • Congrega a todas las tribus de Jacob, y entrégales su herencia, como al comienzo. (Eclesiástico 36, 10)

  • Esta es la sentencia del Señor para todo ser viviente: ¿por qué oponerse a la voluntad del Altísimo? Aunque vivas diez, cien o mil años, en el Abismo no te echarán en cara lo que hayas vivido. (Eclesiástico 41, 4)

  • La bendición de todos los hombres y la alianza las hizo descansar sobre la cabeza de Jacob; lo confirmó en las bendiciones recibidas y le dio la tierra en herencia; dividió el país en partes y las distribuyó entre las doce tribus. (Eclesiástico 44, 23)

  • con piedras preciosas, grabadas en forma de sellos y engarzadas en oro -obra de un joyero- para servir de memorial, por la inscripción grabada, según el número de las tribus de Israel; (Eclesiástico 45, 11)

  • Por eso, lo glorificaron por los diez mil, y lo alabaron por las bendiciones del Señor, ofreciéndole una diadema de gloria. (Eclesiástico 47, 6)

  • De ti está escrito que en los castigos futuros aplacarás la ira antes que estalle, para hacer volver el corazón de los padres hacia los hijos y restablecer las tribus de Jacob. (Eclesiástico 48, 10)

  • Porque diez yugadas de viña no darán más que un tonel, y diez medidas de semilla producirán una sola. (Isaías 5, 10)

  • ¡Se han enloquecido los príncipes de Soán, se ilusionan los príncipes de Nof, los dignatarios de sus tribus han extraviado a Egipto! (Isaías 19, 13)

  • En el reloj de sol de Ajaz, yo haré retroceder diez grados la sombra que ya ha descendido". Y el sol retrocedió en el reloj los diez grados que había descendido. (Isaías 38, 8)


“Que Jesus o aperte sempre mais ao Seu divino coração. Que Ele o alivie no sofrimento e lhe dê o abraço final no Paraíso.” São Padre Pio de Pietrelcina