Löydetty 299 Tulokset: hija

  • Jilquías y su mujer dieron gracias a Dios por su hija Susana, lo mismo que Joaquín, su marido, y todos sus parientes, porque nada indigno se había hallado en ella. (Daniel 13, 63)

  • Él fue y tomó por esposa a Gómer, hija de Diblaim; ella concibió y le dio un hijo. (Oseas 1, 3)

  • Ella concibió otra vez y dio a luz una hija. El Señor dijo a Oseas: "Llámala ‘No compadecida’, porque ya no volveré a compadecerme de la casa de Israel, sino que les retiraré mi compasión. (Oseas 1, 6)

  • ¡Engancha los corceles al carro, población de Laquis! -Allí comenzó el pecado de la hija de Sión, porque en ti se encontraron las rebeldías de Israel-. (Miqueas 1, 13)

  • Y tú, Torre del Rebaño, Altura de la hija de Sión, a ti llegará otra vez la antigua soberanía, la realeza de la hija de Jerusalén. (Miqueas 4, 8)

  • Retuércete y sufre, hija de Sión, como una parturienta, porque ahora vas a salir de la ciudad y habitarás al descampado. Tú llegarás hasta Babilonia y allí serás liberada; allí el Señor te redimirá de la mano de tus enemigos. (Miqueas 4, 10)

  • ¡Levántate y trilla, hija de Sión! Yo haré de hierro tu cuerno, y tus pezuñas, de bronce: triturarás a pueblos numerosos; consagrarás al Señor su botín, y sus riquezas al Señor de toda la tierra. (Miqueas 4, 13)

  • Porque el hijo denigra al padre, la hija se alza contra su madre, la nuera contra su suegra, y cada uno tiene como enemigos a los de su casa. (Miqueas 7, 6)

  • ¡Grita de alegría, hija de Sión! ¡Aclama, Israel! ¡Alégrate y regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén! (Sofonías 3, 14)

  • Grita de júbilo y alégrate, hija de Sión: porque yo vengo a habitar en medio de ti -oráculo del Señor-. (Zacarías 2, 14)

  • ¡Alégrate mucho, hija de Sión! ¡Grita de júbilo, hija de Jerusalén! Mira que tu Rey viene hacia ti; él es justo y victorioso, es humilde y está montado sobre un asno, sobre la cría de un asna. (Zacarías 9, 9)

  • Judá ha traicionado, y se ha cometido una abominación en Israel y en Jerusalén. Porque Judá ha profanado lo que está consagrado al Señor, lo que él ama, casándose con la hija de un dios extranjero. (Malaquías 2, 11)


“Seja grato e beije docemente a mão de Deus. É sempre a mão de um pai que pune porque lhe quer bem” São Padre Pio de Pietrelcina