Löydetty 36 Tulokset: llegan

  • Si llegan a pagar, el acreedor recibe apenas la mitad y tiene que aceptarlo como un favor. Si no, lo despojan de sus riquezas, y él se gana inútilmente un enemigo que le paga con maldiciones e insultos y le devuelve desprecio en vez de honrarlo. (Eclesiástico 29, 6)

  • Mi corazón grita por Moab, sus fugitivos llegan hasta Soar, hasta Eglat Selisiyá. Sí, por la subida de Lujit, la gente sube llorando; sí, por el camino de Joronaim se lanza un grito desgarrador. (Isaías 15, 5)

  • Porque el clamor va recorriendo el territorio de Moab: sus alaridos llegan hasta Eglaim, sus alaridos llegan a Beer Elím; (Isaías 15, 8)

  • ¡Miren, llegan hombres montados, parejas de jinetes!". Luego retoma la palabra y dice: "¡Ha caído, ha caído Babilonia, y todas las estatuas de sus dioses se han hecho añicos contra el suelo!". (Isaías 21, 9)

  • Las costas lo ven y sienten temor, tiemblan los confines de la tierra: ¡ya se acercan, ya llegan! (Isaías 41, 5)

  • Levanta los ojos y mira a tu alrededor: todos se reúnen y llegan hasta ti. ¡Juro por mi vida -oráculo del Señor- que a todos ellos te los pondrás como un adorno y los lucirás como una novia! (Isaías 49, 18)

  • Mira a tu alrededor y observa: todos se han reunido y vienen hacia ti; tus hijos llegan desde lejos y tus hijas son llevadas en brazos. (Isaías 60, 4)

  • Háganselo saber a las naciones, proclámenlo contra Jerusalén: Llegan invasores de una tierra lejana y lanzan gritos contra las ciudades de Judá. (Jeremías 4, 16)

  • Pastores con sus rebaños llegan hasta ella, plantan sus carpas a su alrededor, cada uno apacienta su manada. (Jeremías 6, 3)

  • Desde Dan se escucha el resuello de sus caballos; por el ruido de los relinchos de sus corceles tiembla toda la tierra. Ellos llegan y devoran el país y todo lo que hay en él, la ciudad y a los que habitan en ella. (Jeremías 8, 16)

  • ¡Levanta los ojos, Jerusalén, y mira a los que llegan del Norte! ¿Dónde está el rebaño que se te había confiado, las ovejas que eran tu gloria? (Jeremías 13, 20)

  • Ahora, los terraplenes llegan hasta la ciudad para expugnarla, y la ciudad va a ser entregada, por la espada, el hambre y la peste, en manos de los caldeos que combaten contra ella. Así se ha cumplido lo que tú habías dicho, y tú lo estás viendo. (Jeremías 32, 24)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina