Löydetty 407 Tulokset: reyes amorreos

  • De esta manera, Israel ocupó el país de los amorreos. (Números 21, 31)

  • Luego Moisés mandó a explorar Iázer, y los israelitas conquistaron las ciudades dependientes de ella, y despojaron a los amorreos que estaban allí. (Números 21, 32)

  • Entonces el Señor dijo a Moisés: "No le tengas miedo, porque yo lo puse en tus manos con todo su pueblo y todo su territorio. Harás con él lo mismo que hiciste con Sijón, el rey de los amorreos que habitaba en Jesbón". (Números 21, 34)

  • Balac, hijo de Sipor, vio todo lo que los israelitas habían hecho a los amorreos, (Números 22, 2)

  • Además de otras víctimas, mataron a los cinco reyes de Madián: Eví, Réquem, Sur, Jur y Reba. También pasaron al filo de la espada a Balaam, hijo de Beor. (Números 31, 8)

  • Así Moisés asignó a los gaditas, a los rubenitas y a la mitad de la tribu de Manasés, hijo de José, el reino de Sijón, rey de los amorreos, y el reino de Og, rey de Basán: el territorio con sus diversas ciudades y el territorio de los poblados vecinos. (Números 32, 33)

  • Los descendientes de Maquir, hijo de Manasés, partieron para Galaad y lo conquistaron, despojando a los amorreos que se encontraban allí. (Números 32, 39)

  • Después de haber derrotado a Sijón, rey de los amorreos que residía en Jesbón, y a Og, rey de Basán, que residía en Astarot y Edrei, (Deuteronomio 1, 4)

  • Den vuelta y pónganse en camino, para ir a la montaña de los amorreos y a todas las regiones vecinas: La Arabá, la Montaña, la Sefelá, el Négueb y la costa marítima -es decir, la tierra de Canaán- y el Líbano, hasta el Gran Río, el río Éufrates. (Deuteronomio 1, 7)

  • Después partimos del Horeb, y comenzamos a recorrer el desierto inmenso y temible que ustedes han visto. Íbamos hacia la montaña de los amorreos, como el Señor, nuestro Dios, nos lo había ordenado, y llegamos a Cades Barné. (Deuteronomio 1, 19)

  • Entonces yo les dije: "Ya han llegado a la montaña de los amorreos, que nos da el Señor, nuestro Dios. (Deuteronomio 1, 20)

  • Se pusieron a murmurar en sus carpas, diciendo: "El Señor nos aborrece; por eso nos hizo salir de Egipto para entregarnos a los amorreos y destruirnos. (Deuteronomio 1, 27)


“O mal não se vence com o mal, mas com o bem, que tem em si uma força sobrenatural.” São Padre Pio de Pietrelcina