Löydetty 253 Tulokset: trabajo en bronce

  • Ustedes no harán ningún trabajo. Es un decreto válido para siempre, a lo largo de las generaciones, cualquiera sea el lugar donde habiten. (Levítico 23, 31)

  • El primer día habrá una asamblea litúrgica, y ustedes no harán ningún trabajo servil. (Levítico 23, 35)

  • Durante siete días presentarán una ofrenda que se quema para el Señor. Al octavo día, celebrarán una asamblea litúrgica y presentarán una ofrenda que se quema para el Señor: es una asamblea solemne y ustedes no harán ningún trabajo. (Levítico 23, 36)

  • Junto con el que lo ha comprado, calculará el total de años desde el momento en que se vendió hasta el año del jubileo; y el precio de venta dependerá del número de años, computando además el tiempo en que trabajó para él, como si se tratara de un asalariado. (Levítico 25, 50)

  • Humillaré esa enorme soberbia, haciendo que el cielo sea para ustedes como hierro y la tierra como bronce. (Levítico 26, 19)

  • Los gersonitas harán su trabajo bajo las órdenes de Aarón y de sus hijos, tanto lo que se refiere al transporte cuanto al servicio: ustedes los harán responsables del cuidado de toda su carga. (Números 4, 27)

  • El sacerdote Eleazar tomó los incensarios de bronce que habían usado para la ofrenda los que murieron carbonizados, y los mandó martillar hasta convertirlos en láminas para recubrir el altar. (Números 17, 4)

  • Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso sobre un asta. Y cuando alguien era mordido por una serpiente, miraba hacia la serpiente de bronce y quedaba curado. (Números 21, 9)

  • El primer día del séptimo mes tendrán una asamblea litúrgica y no harán ninguna clase de trabajo. Este será para ustedes el día de la Aclamación. (Números 29, 1)

  • El décimo día de ese séptimo mes tendrán una asamblea litúrgica, ayunarán y no harán ninguna clase de trabajo. (Números 29, 7)

  • El octavo día tendrán una reunión solemne y no harán ninguna clase de trabajo. (Números 29, 35)

  • ya sea oro, plata, bronce, hierro, estaño o plomo, (Números 31, 22)


“Padre, eu não acredito no inferno – falou um penitente. Padre Pio disse: Acreditará quando for para lá?” São Padre Pio de Pietrelcina