Löydetty 66 Tulokset: Sumos

  • Los sumos sacerdotes recogieron las monedas y dijeron: «No es lícito echarlas en el tesoro de las ofrendas, porque son precio de sangre.» (Mateo 27, 6)

  • Y, mientras los sumos sacerdotes y los ancianos le acusaban, no respondió nada. (Mateo 27, 12)

  • Pero los sumos sacerdotes y los ancianos lograron persuadir a la gente que pidiese la libertad de Barrabás y la muerte de Jesús. (Mateo 27, 20)

  • Igualmente los sumos sacerdotes junto con los escribas y los ancianos se burlaban de él diciendo: (Mateo 27, 41)

  • Al otro día, el siguiente a la Preparación, los sumos sacerdotes y los fariseos se reunieron ante Pilato (Mateo 27, 62)

  • Mientras ellas iban, algunos de la guardia fueron a la ciudad a contar a los sumos sacerdotes todo lo que había pasado. (Mateo 28, 11)

  • Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar a los tres días. (Marcos 8, 31)

  • «Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles, (Marcos 10, 33)

  • Se enteraron de esto los sumos sacerdotes y los escribas y buscaban cómo podrían matarle; porque le tenían miedo, pues toda la gente estaba asombrada de su doctrina. (Marcos 11, 18)

  • Vuelven a Jerusalén y, mientras paseaba por el Templo, se le acercan los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, (Marcos 11, 27)

  • Faltaban dos días para la Pascua y los Azimos. Los sumos sacerdotes y los escribas buscaban cómo prenderle con engaño y matarle. (Marcos 14, 1)

  • Entonces, Judas Iscariote, uno de los Doce, se fue donde los sumos sacerdotes para entregárselo. (Marcos 14, 10)


“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina