Löydetty 86 Tulokset: aves prohibidas

  • Los de Basá que mueran en la ciudad serán comidos por los perros, y a los que mueran en el campo los comerán las aves del cielo.» (I Reyes 16, 4)

  • A los hijos de Ajab que mueran en la ciudad los comerán los perros y a los que mueran en el campo los comerán las aves del cielo.» (I Reyes 21, 24)

  • Diariamente se aderezaban a expensas mías un toro, seis carneros escogidos y aves; y cada diez días se traía cantidad de odres de vino. Y a pesar de todo, jamás reclamé el pan del gobernador, porque un duro trabajo gravaba ya al pueblo. (Nehemías 5, 18)

  • ¡Viva Nabucodonosor, rey de toda la tierra y viva su poder que te ha enviado para poner en el recto camino a todo viviente!; porque gracias a ti no le sirven tan sólo los hombres, sino que, por medio de tu fuerza, hasta las fieras salvajes, los ganados y las aves del cielo viven para Nabucodonosor y para toda su casa. (Judit 11, 7)

  • Cualquier ciudad, o, en general, cualquier provincia que no se conformare a esto, será implacablemente aniquilada a lanza y fuego, y no sólo será inhabitable para los hombres, sino también odiosa por siempre para las bestias y las aves.» (Ester 16, 24)

  • Pero interroga a las bestias, que te instruyan, a las aves del cielo, que te informen. (Job 12, 7)

  • y las aves del cielo, y los peces del mar, que surcan las sendas de las aguas. (Salmos 8, 9)

  • conozco todas las aves de los cielos, mías son las bestias de los campos. (Salmos 50, 11)

  • y llovió sobre ellos carne como polvo, y aves como la arena de los mares; (Salmos 78, 27)

  • sobre ellas habitan las aves de los cielos, dejan oír su voz entre la fronda. (Salmos 104, 12)

  • El Templo estaba lleno de desórdenes y orgías por parte de los paganos que holgaban con meretrices y que en los atrios sagrados andaban con mujeres, y hasta introducían allí cosas prohibidas. (II Macabeos 6, 4)

  • El altar estaba repleto de víctimas ilícitas, prohibidas por las leyes. (II Macabeos 6, 5)


“É difícil tornar-se santo. Difícil, mas não impossível. A estrada da perfeição é longa, tão longa quanto a vida de cada um. O consolo é o repouso no decorrer do caminho. Mas, apenas restauradas as forças, é necessário levantar-se rapidamente e retomar a viagem!” São Padre Pio de Pietrelcina