Löydetty 378 Tulokset: persecución de Saúl

  • Después que Amasías se apartó de Yahveh, se conjuraron contra él en Jerusalén, por lo que huyó a Lakís; pero enviaron gente en su persecución hasta Lakís y allí lo mataron. (II Crónicas 25, 27)

  • Entonces, vosotros y todos los habitantes del territorio de Israel, saldréis en su persecución y los abatiréis en la retirada. (Judit 14, 4)

  • Del maestro de coro. Del siervo de Yahveh, David, que dirigió a Yahveh las palabras de este cántico el día en que Yahveh le libró de todos sus enemigos y de las manos de Saúl. (Salmos 18, 1)

  • Cuando el edomita Doeg vino a avisar a Saúl diciéndole: «David ha entrado en casa de Ajimélek.» (Salmos 52, 2)

  • Cuando los zifitas vinieron a decir a Saúl: «¿No está escondido David entre nosotros?» (Salmos 54, 2)

  • Del maestro de coro. «No destruyas.» De David. A media voz. Cuando, huyendo de Saúl, se escondió en la cueva. (Salmos 57, 1)

  • Del maestro de coro. «No destruyas.» De David. A media voz. Cuando Saúl mandó a vigilar su casa con el fin de matarle. (Salmos 59, 1)

  • Judas, al volver con su ejército de la persecución, (I Macabeos 4, 16)

  • y cuando vio aquel poderoso ejército, oró diciendo: «Bendito seas, Salvador de Israel, que quebraste el ímpetu del poderoso guerrero por mano de tu siervo David y entregaste el ejército de los filisteos en manos de Jonatán, hijo de Saúl, y de su escudero. (I Macabeos 4, 30)

  • con lo que Jonatán y los suyos pudieron lanzarse al Jordán y ganar a nado la orilla opuesta. Sus enemigos no atravesaron el río en su persecución. (I Macabeos 9, 48)

  • Los dos reyes trabaron combate y salió huyendo el ejército de Alejandro. Demetrio se lanzó en su persecución y prevaleció sobre ellos. (I Macabeos 10, 49)

  • Entonces se lanzó Jonatán en su persecución, pero no les pudo dar alcance porque habían atravesado ya el río Eléuteros. (I Macabeos 12, 30)


“Caminhe com alegria e com o coração o mais sincero e aberto que puder. E quando não conseguir manter esta santa alegria, ao menos não perca nunca o valor e a confiança em Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina