Löydetty 239 Tulokset: �estoy

  • Hermanos, yo estoy convencido de que tenéis muy buena voluntad y mucha sabiduría para aconsejaros unos a otros. (Romanos 15, 14)

  • Estoy bien seguro de que cuento con todas las bendiciones de Cristo para ir a veros. (Romanos 15, 29)

  • los cuales, por salvarme a mí se jugaron la vida; no sólo yo les estoy agradecido, sino también todas las iglesias del mundo pagano. (Romanos 16, 4)

  • Porque vuestra obediencia a la fe es ya conocida de todos. Por esto estoy satisfecho de vosotros, pero quiero que seáis listos para el bien y simples para el mal. (Romanos 16, 19)

  • Libre, de hecho, como estoy de todos, me hago esclavo de todos para ganarlos a todos. (I Corintios 9, 19)

  • con los que están sin ley, como quien está sin ella, para ganarlos, yo que no estoy sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo. (I Corintios 9, 21)

  • Hermanos, os aseguro que todos los días estoy al borde de la muerte, y que vosotros sois mi gloria en Cristo Jesús, Señor nuestro. (I Corintios 15, 31)

  • Por eso os escribí, para que cuando llegue no me causéis tristeza los que debéis alegrarme. Estoy, además, convencido de que mi alegría es también la vuestra. (II Corintios 2, 3)

  • ¿Estoy comenzando a recomendarme de nuevo? ¿O es que necesito, como algunos, cartas de recomendación para vosotros o de vosotros? (II Corintios 3, 1)

  • Tengo gran confianza en vosotros, me siento orgulloso de vosotros, estoy lleno de consuelo y de alegría en medio de todas mis penalidades. (II Corintios 7, 4)

  • Y si a él le dije que estaba orgulloso de vosotros, no me habéis dejado en mal lugar; pues así como es verdad todo lo que os dije a vosotros, también lo es lo que le dije a él: que estoy orgulloso de vosotros. (II Corintios 7, 14)

  • Yo mismo, Pablo, os lo pido por la ternura y la bondad de Cristo; yo, tan tímido cuando estoy entre vosotros y tan valiente cuando estoy lejos. (II Corintios 10, 1)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina