Löydetty 241 Tulokset: Levantó
Ragüel se levantó temprano, llamó a sus criados y cavaron una fosa. Se dijo: "No sea que muera, y seamos objeto de burla e irrisión". (Tobías 8, 10)
A buena hora se pusieron en camino y llegaron a la boda. Al entrar en casa de Ragüel, encontraron a Tobías sentado a la mesa. Se levantó y saludó a Gabael, que se echó a llorar y lo bendijo así: "¡Hombre bueno y honrado, hijo de un hombre honrado, justo y limosnero! Que el Señor te bendiga con bendiciones celestiales a ti, a tu mujer, a su padre y a su madre. Bendito sea Dios, que he visto a Tobías tan parecido a mi primo Tobit". (Tobías 9, 6)
Tobit también se levantó y, tropezando, pudo llegar a la puerta del patio. (Tobías 11, 10)
Sobre las puertas de la ciudad levantó torres de cincuenta metros de altura apoyadas en cimientos de veinte metros de anchura. (Judit 1, 3)
se levantó del lugar en que estaba postrada, llamó a su doncella, bajó a las habitaciones donde residía en los sábados y en las fiestas, (Judit 10, 2)
Los ayudantes de campo la llevaron a su tienda. Durmió hasta medianoche, y se levantó de madrugada. (Judit 12, 5)
Ella se levantó, se puso un vestido de gala y sus adornos femeninos. Iba delante su doncella, que extendió en el suelo, junto a Holofernes, las pieles que Bagoas le había entregado para su uso diario, para comer recostada sobre ellas. (Judit 12, 15)
El rey, furibundo, se levantó del banquete, y se fue al jardín de palacio; entretanto Amán, comprendiendo que su ruina estaba decretada, se quedó para implorar a Ester por su vida. (Ester 7, 7)
El rey tendió el cetro de oro y ella se levantó, se puso delante del rey, (Ester 8, 4)
Levantó su rostro centelleante y lanzó una mirada cargada de ira. La reina perdió el color, se desmayó y se apoyó en la doncella que la acompañaba. (Ester 15, 10)
se levantó un gran viento del lado del desierto, que sacudió las cuatro esquinas de la casa, y ésta se derrumbó sobre los jóvenes, que quedaron muertos. Sólo yo pude escapar para traerte la noticia". (Job 1, 19)
Entonces Job se levantó, rasgó sus vestiduras y se rapó la cabeza. Luego cayó en tierra, adoró y dijo: (Job 1, 20)