Löydetty 1186 Tulokset: Trono de David
David contestó: "Seguro; siempre que salimos nos abstenemos de mujeres, aunque se trate de un viaje de carácter profano; con más razón hoy mis hombres están limpios". (I Samuel 21, 6)
David dijo a Ajimélec: "¿No tienes a mano una lanza o una espada? Porque yo no traigo conmigo ni la espada ni mis armas, pues la orden del rey era urgente". (I Samuel 21, 9)
El sacerdote respondió: "La espada de Goliat, el filisteo, a quien mataste en el valle del Terebinto; ahí está envuelta en un paño detrás del efod. Si quieres, puedes llevártela, porque aquí no hay más que ésa". David respondió: "Dámela; no hay otra como ella". (I Samuel 21, 10)
David se levantó y huyó aquel día lejos de Saúl, llegando a Aquís, rey de Gat. (I Samuel 21, 11)
Los servidores dijeron a Aquís: "¿No es este David, el rey del país? ¿No es éste de quien se cantaba con danzas: Saúl mató mil y David diez mil?". (I Samuel 21, 12)
David reflexionó sobre estas palabras y sintió gran miedo de Aquís, rey de Gat, (I Samuel 21, 13)
David se fue de allí y se refugió en la cueva de Adulán. Lo supieron sus hermanos y todos sus parientes, y fueron a reunirse con él. (I Samuel 22, 1)
Se unieron a él todos los oprimidos, todos los que tenían deudas y todos los descontentos; David se hizo su jefe; llegaron a ser unos cuatrocientos hombres. (I Samuel 22, 2)
De allí David fue a Mispá de Moab, y dijo al rey de Moab: "Permite que mis padres se queden con vosotros hasta que sepa lo que Dios quiere de mí". (I Samuel 22, 3)
Él los dejó con el rey de Moab, y permanecieron con él todo el tiempo que David estuvo en el refugio. (I Samuel 22, 4)
Pero el profeta Gad dijo a David: "No te quedes en el refugio. Vete y entra en la tierra de Judá". David partió y llegó al bosque de Járet. (I Samuel 22, 5)
Saúl estaba en Guibeá, sentado bajo el tamarindo; tenía su lanza en la mano y todos sus servidores le rodeaban, cuando le anunciaron que David y sus hombres habían sido vistos. (I Samuel 22, 6)