Löydetty 66 Tulokset: marcha

  • Ellos se pusieron en marcha poniendo en cabeza a las mujeres, los niños, los rebaños y las cosas de valor. (Jueces 18, 21)

  • Los israelitas se pusieron en marcha por la mañana y acamparon en Guibeá (Jueces 20, 19)

  • Saúl se puso en marcha con tres mil hombres elegidos de Israel para buscar a David en el desierto de Zif. (I Samuel 26, 2)

  • David se puso en marcha y se pasó, con los seiscientos hombres que tenía, a Aquís, hijo de Maoc, rey de Gat. (I Samuel 27, 2)

  • todos los valientes se pusieron en marcha, caminaron toda la noche y quitaron el cadáver de Saúl y de sus hijos de la muralla de Betsán, los llevaron a Yabés y allí los quemaron. (I Samuel 31, 12)

  • David, con todo el ejército que le acompañaba, se puso en marcha y fue a Baalá de Judá para traer de allí el arca de Dios, que lleva el nombre del Señor todopoderoso que se sienta sobre los querubines. (II Samuel 6, 2)

  • Joab se puso en marcha, fue a Guesur, y trajo a Absalón a Jerusalén. (II Samuel 14, 23)

  • Cuando ya se habían ido, salieron de la cisterna, fueron a informar a David y le dijeron: "Poneos en marcha y pasad rápidamente el río, porque éste es el consejo que ha dado Ajitófel contra vosotros". (II Samuel 17, 21)

  • David y todo el pueblo que le acompañaba se pusieron en marcha y pasaron el Jordán, de modo que al amanecer no quedaba ninguno que no hubiese pasado el Jordán. (II Samuel 17, 22)

  • El rey de Israel, el rey de Judá y el rey de Edón se pusieron en marcha, y, después de un recorrido de siete días, faltó el agua para el ejército y las bestias de tiro. (II Reyes 3, 9)

  • El centinela notificó de nuevo: "Ha llegado hasta ellos, y no vuelve. Pero la marcha se parece a la marcha de Jehú, hijo de Nimsí, pues avanza con mucho ímpetu". (II Reyes 9, 20)

  • todos los valientes se pusieron en marcha, tomaron los cuerpos de Saúl y sus hijos, los llevaron a Yabés, los sepultaron bajo la encina de Yabés y ayunaron durante siete días. (I Crónicas 10, 12)


“No juízo final daremos contas a Deus até de uma palavra inútil que tenhamos dito.” São Padre Pio de Pietrelcina