Löydetty 66 Tulokset: marcha

  • y se dirigió a Asdod, simulando una marcha, pero se replegó repentinamente hacia la llanura, porque tenía mucha caballería, en la que confiaba. Jonatán lo persiguió hasta Asdod, y trabaron batalla. (I Macabeos 10, 78)

  • Judas se enteró de la marcha de Nicanor y comunicó a los suyos la venida de aquel ejército. (II Macabeos 8, 12)

  • Lleno de ira, se propuso hacer pagar a los judíos la injuria recibida de quienes lo habían puesto en fuga. Y así mandó al conductor de su carro apresurar la marcha sin parar en el momento en que venía sobre él el juicio de Dios. Pues se decía, lleno de orgullo: "En cuanto llegue a Jerusalén, haré de la ciudad un cementerio de judíos". (II Macabeos 9, 4)

  • Y esto muy justamente, ya que había torturado las entrañas de otros con tormentos inauditos. Mas no por esto disminuyó su arrogancia, pues, lleno de orgullo y respirando ira contra los judíos, dio orden de apresurar más todavía la marcha. (II Macabeos 9, 6)

  • Tras una marcha de ciento cuarenta kilómetros llegaron a Jaraca, donde vivían los judíos llamados tubienses. (II Macabeos 12, 17)

  • Luego se pusieron en marcha a las órdenes de su caudillo; el enfrentamiento tuvo lugar en la aldea de Desau. (II Macabeos 14, 16)

  • Hay tres seres de buen andar, y cuatro de hermosa marcha: (Proverbios 30, 29)

  • Vigila la marcha de su casa, y no come el pan de la ociosidad. (Proverbios 31, 27)

  • Si lo maltratas, se marcha y se extravía, ¿por qué caminos lo buscarás? (Eclesiástico 33, 33)

  • El Señor avanza como un héroe, como un guerrero excita su valor; lanza el grito de guerra, el alarido, marcha poderoso contra sus enemigos. (Isaías 42, 13)

  • De su espesura se abalanza el león, el destructor de naciones se pone en marcha, abandona su morada para reducir tu país a un desierto; tus ciudades serán arrasadas, despobladas. (Jeremías 4, 7)

  • Después llevó preso a todo el resto del pueblo que había en Mispá y a las princesas reales que Nebuzardán, jefe de la escolta, había confiado a Godolías, hijo de Ajicán. Y muy de mañana, Ismael, hijo de Netanías, se puso en marcha hacia el país de los amonitas. (Jeremías 41, 10)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina