Löydetty 802 Tulokset: medidas del templo

  • se apoderó de todo el oro y la plata y de todos los utensilios que había en el templo del Señor y en los tesoros del palacio real, tomó rehenes y se volvió a Samaría. (II Reyes 14, 14)

  • Sin embargo, no desaparecieron las colinas, de modo que el pueblo seguía ofreciendo sacrificios y quemando incienso en ellos. Él construyó la puerta superior del templo del Señor. (II Reyes 15, 35)

  • Acaz tomó la plata y el oro que había en el templo del Señor y en los tesoros del palacio real, y lo envió como presente al rey de Asiria. (II Reyes 16, 8)

  • En cuanto al altar de bronce que estaba ante el Señor, entre el altar nuevo y el templo del Señor, lo retiró de allí y lo puso al lado norte del altar nuevo. (II Reyes 16, 14)

  • Y para complacer al rey de Asiria quitó del templo del Señor la tribuna del sábado, que se había construido en el templo, y la entrada externa, reservada al rey. (II Reyes 16, 18)

  • Ezequías entregó toda la plata que se encontraba en el templo del Señor y en los tesoros del palacio real. (II Reyes 18, 15)

  • Cuando el rey Ezequías oyó esto, rasgó sus vestiduras, se cubrió de saco y entró en el templo del Señor. (II Reyes 19, 1)

  • Ezequías tomo las cartas de manos de los mensajeros, las leyó, fue al templo y, desplegándolas en la presencia del Señor, (II Reyes 19, 14)

  • Y cuando estaba haciendo oración en el templo de su dios Nisroc, sus hijos Adremélec y Saréser lo mataron a espada y huyeron a Ararat. Le sucedió en el trono su hijo Asaradón. (II Reyes 19, 37)

  • "Vuélvete y di a Ezequías, jefe de mi pueblo: Esto dice el Señor, Dios de tu padre David: He escuchado tu oración y he mirado tus lágrimas. Te voy a devolver la salud. Dentro de tres días podrás ir al templo del Señor. (II Reyes 20, 5)

  • Y Ezequías preguntó a Isaías: "¿Cuál será la señal de que el Señor me curará y podré ir dentro de tres días al templo del Señor?". (II Reyes 20, 8)

  • Construyó también altares en el templo del Señor, del que el Señor había dicho: "Pondré en Jerusalén mi nombre". (II Reyes 21, 4)


“Vive-se de fé, não de sonhos.” São Padre Pio de Pietrelcina