Löydetty 876 Tulokset: ojo

  • ¿Por qué habremos de perecer ante tus ojos nosotros y nuestras tierras? Cómpranos a nosotros y a nuestras tierras a cambio de pan. Seremos esclavos del Faraón nosotros y nuestras tierras, pero danos simiente para que podamos vivir y no muramos y para que nuestras tierras no queden desoladas". (Génesis 47, 19)

  • Ellos respondieron: "Tú nos has salvado la vida; hallemos ahora gracia a los ojos de nuestro señor y seremos siervos del Faraón". (Génesis 47, 25)

  • Cuando se acercaba ya para Jacob el día de su muerte, mandó llamar a su hijo José y le dijo: "Si he hallado gracia a tus ojos, pon tu mano debajo de mi muslo en señal de juramento, y prométeme que serás bueno y fiel conmigo; no me entierres en Egipto. (Génesis 47, 29)

  • Los ojos de Israel estaban tan achacosos por la vejez que apenas podían ver. José se los acercó, y él los abrazó y los besó. (Génesis 48, 10)

  • No quiero asistir a sus consejos, no quiero participar en su asamblea, porque en su furor mataron hombres y a su antojo desjarretaron toros. (Génesis 49, 6)

  • Sus ojos, bermejos del vino, y sus dientes, blancos de la leche. (Génesis 49, 12)

  • Benjamín es lobo rapaz, que a la mañana devora la presa y a la tarde reparte los despojos". (Génesis 49, 27)

  • Pasados los días de luto, José habló así a la corte del Faraón: "Si he hallado gracia a vuestros ojos, hablad al Faraón y decidle: (Génesis 50, 4)

  • Yo haré que este pueblo halle gracia a los ojos de los egipcios para que, cuando salgáis, no lo hagáis con las manos vacías, (Exodo 3, 21)

  • Entonces Séfora, tomando un pedernal afilado, cortó el prepucio de su hijo y lo arrojó a sus pies diciendo: "Esposo de sangre eres para mí". (Exodo 4, 25)

  • Moisés dijo: "No puede ser, pues ofreceríamos al Señor, nuestro Dios, sacrificios que los egipcios detestan. Si ofrecemos ante sus ojos sacrificios que ellos detestan, nos apedrearán. (Exodo 8, 22)

  • Y el Señor cambió el viento y le hizo soplar muy fuerte del oeste; barrió la langosta y la arrojó al mar Rojo. Ni una sola quedó en todo el territorio de Egipto. (Exodo 10, 19)


“A oração é a efusão de nosso coração no de Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina