Löydetty 876 Tulokset: ojo

  • Nunca ofreceréis al Señor animal ciego, cojo o mutilado, ulcerado, sarnoso o herpético, como ofrendas para ser quemadas sobre el altar en honor del Señor. (Levítico 22, 22)

  • fractura por fractura, ojo por ojo y diente por diente, es decir, recibirá lo mismo que él ha hecho al prójimo. (Levítico 24, 20)

  • Será considerado como un jornalero que se ajusta por año de trabajo. No permitirás que se le trate con dureza delante de tus ojos. (Levítico 25, 53)

  • yo me portaré con vosotros de la misma manera; haré venir sobre vosotros el espanto, epidemia y fiebre, enfermedades de los ojos y agotamiento de la vida. Sembraréis en vano, pues los enemigos comerán el fruto de vuestras semillas. (Levítico 26, 16)

  • Me acordaré, en favor suyo, de la alianza que hice con sus antepasados, cuando los saqué de Egipto a los ojos de las naciones para ser su Dios: yo, el Señor". (Levítico 26, 45)

  • dijo al Señor: "¿Por qué tratas tan mal a tu siervo? ¿Por qué no he hallado yo gracia a tus ojos, sino que has cargado sobre mí el peso de todo este pueblo? (Números 11, 11)

  • ¡Si me vas a tratar así, prefiero la muerte! ¡Si he hallado gracia a tus ojos, haz que termine mi aflicción!". (Números 11, 15)

  • Volveos mañana mismo y partid por el desierto camino del mar Rojo". (Números 14, 25)

  • Esto os servirá para recordar, al mirarlos, los mandamientos del Señor y os ayudará a ponerlos en práctica sin que sigáis los deseos de vuestro corazón y de vuestros ojos, que os han arrastrado a la infidelidad. (Números 15, 39)

  • Partieron de Hor de la Montaña camino del mar Rojo, para rodear la tierra de Edón. En el camino empezó a impacientarse el pueblo, (Números 21, 4)

  • El Señor abrió los ojos de Balaán y vio al ángel del Señor apostado en el camino con la espada desenvainada en la mano. Balaán se inclinó y se postró en tierra. (Números 22, 31)

  • Levantó los ojos y vio a Israel acampado por tribus; el espíritu del Señor vino sobre él, (Números 24, 2)


“Pense na felicidade que está reservada para nós no Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina