Löydetty 876 Tulokset: ojo

  • Átatelas a las manos para que te sirvan de señal, póntelas en la frente entre los ojos. (Deuteronomio 6, 8)

  • Haz lo que es justo y bueno a los ojos del Señor, para que seas dichoso y entres a tomar posesión de la hermosa tierra que el Señor prometió con juramento a tus padres, (Deuteronomio 6, 18)

  • El Señor hizo ante nuestros ojos milagros y prodigios grandes y terribles contra Egipto, el Faraón y toda su casa, (Deuteronomio 6, 22)

  • Destruye todos los pueblos que el Señor, tu Dios, va a poner en tus manos; no se apiaden de ellos tus ojos ni des culto a sus dioses, pues eso sería tu ruina. (Deuteronomio 7, 16)

  • recuerda las grandes pruebas que vieron tus ojos, los milagros y prodigios, la mano fuerte y el brazo poderoso con los que el Señor, tu Dios, te sacó. Así hará también el Señor, tu Dios, con todos los pueblos que temes. (Deuteronomio 7, 19)

  • Quemarás las imágenes talladas de sus dioses, sin codiciar el oro ni la plata que los recubre. Si te apropias de ello, caerías en la trampa, pues es cosa abominable a los ojos del Señor, tu Dios. (Deuteronomio 7, 25)

  • tiré las tablas que traía en las manos y las hice pedazos ante vuestros ojos. (Deuteronomio 9, 17)

  • Me postré luego en presencia del Señor. Como la primera vez, estuve durante cuarenta días sin comer ni beber por causa del pecado que vosotros habíais cometido haciendo lo que es malo a los ojos del Señor hasta el punto de irritarle; (Deuteronomio 9, 18)

  • Él es tu gloria y tu Dios, que ha hecho por ti cosas grandes y hazañas tremendas, que tus mismos ojos han visto. (Deuteronomio 10, 21)

  • lo que hizo con el ejército egipcio, con sus caballos y sus carros, que sepultó bajo las aguas del mar Rojo cuando os perseguían y lo destruyó hasta el día de hoy; (Deuteronomio 11, 4)

  • Vosotros mismos, con vuestros ojos, habéis visto toda la grandiosa obra del Señor. (Deuteronomio 11, 7)

  • Esta tierra depende del cuidado del Señor; sobre ella tiene fijos sus ojos el Señor desde el comienzo del año hasta el final. (Deuteronomio 11, 12)


“O Anjo de Deus não nos abandona jamais.” São Padre Pio de Pietrelcina