Löydetty 876 Tulokset: ojo

  • Pero él, lleno del Espíritu Santo, con los ojos fijos en el cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la derecha de Dios, (Hechos 7, 55)

  • de muchos posesos salían los espíritus impuros dando grandes voces, y muchos paralíticos y cojos quedaban curados. (Hechos 8, 7)

  • Saulo se levantó del suelo, y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía nada; lo llevaron de la mano a Damasco, (Hechos 9, 8)

  • En el acto se le cayeron de los ojos como escamas, y recobró la vista; se levantó y fue bautizado. (Hechos 9, 18)

  • Pedro echó fuera a todos; luego se arrodilló y se puso a orar; se acercó después al cadáver y dijo: "Tabita, levántate". Ella abrió sus ojos y, al ver a Pedro, se incorporó. (Hechos 9, 40)

  • Entonces, Saulo, llamado también Pablo, lleno del Espíritu Santo, clavó en él sus ojos y le dijo: (Hechos 13, 9)

  • En Listra había un hombre imposibilitado de los pies, sentado; cojo de nacimiento, jamás había andado. (Hechos 14, 8)

  • Por lo cual, estad alerta y recordad que durante tres años no he cesado noche y día de aconsejar con lágrimas en los ojos a cada uno de vosotros. (Hechos 20, 31)

  • a abrirles los ojos, para que pasen de las tinieblas a la luz y del poder de Satanás a Dios; para que, por la fe en mí, reciban el perdón de los pecados y la herencia entre los consagrados. (Hechos 26, 18)

  • Ve a este pueblo y diles: Oiréis con los oídos, y no entenderéis; miraréis con vuestros ojos, y no veréis. (Hechos 28, 26)

  • Porque la mente de este pueblo se ha embotado, han tapado sus oídos y han cerrado sus ojos para no ver con sus ojos, ni oír con los oídos, ni entender con la mente, ni convertirse para que los cure. (Hechos 28, 27)

  • como dice la Escritura: Dios les embotó el espíritu, les dio ojos para no ver y oídos para no oír hasta el día de hoy. (Romanos 11, 8)


“Não há nada mais inaceitável do que uma mulher caprichosa, frívola e arrogante, especialmente se é casada. Uma esposa cristã deve ser uma mulher de profunda piedade em relação a Deus, um anjo de paz na família, digna e agradável em relação ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina