Löydetty 90 Tulokset: príncipes

  • jamás rechazaré a la descendencia de Jacob y de David, mi siervo, ni dejaré de tomar de sus descendientes príncipes que gobiernen la posteridad de Abrahán, de Isaac y de Jacob. Pues voy a cambiar su suerte y a tener piedad de ellos. (Jeremías 33, 26)

  • A los príncipes de Judá y Jerusalén, a los eunucos, a los sacerdotes y a todo el pueblo del país que pasó por entre los dos trozos del novillo, (Jeremías 34, 19)

  • sino que haremos decididamente todo lo que nos hemos propuesto: quemar incienso y hacer ofrendas de vino a la reina del cielo, tal como hemos hecho nosotros y como hicieron nuestros padres, nuestros reyes y nuestros príncipes en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén. Entonces tuvimos pan hasta hartarnos, éramos felices y no veíamos desventuras. (Jeremías 44, 17)

  • "¿No ha sido acaso el incienso que quemasteis en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén vosotros, vuestros padres, vuestros reyes, vuestros príncipes y el pueblo del país lo que ha recordado el Señor, lo que le ha venido a la memoria? (Jeremías 44, 21)

  • Sí, por haber confiado en tus obras y tesoros, también tú serás tomada. Camós irá al destierro junto con sus sacerdotes y sus príncipes. (Jeremías 48, 7)

  • Yo emborracharé a sus príncipes y a sus sabios, a sus gobernadores, sátrapas y héroes, y dormirán un sueño eterno para no despertar -dice el rey-, cuyo nombre es "El Señor omnipotente". (Jeremías 51, 57)

  • El Señor ha destruido sin piedad todas las moradas de Jacob; ha derribado en su furor las fortalezas de la hija de Judá; ha postrado en tierra, ha profanado a su rey y a sus príncipes. (Lamentaciones 2, 2)

  • Yacen sus puertas hundidas en la tierra; él quebró sus barrotes. Su rey y sus príncipes están entre las gentes; ¡ya no hay ley! Y tampoco sus profetas tienen visiones del Señor. (Lamentaciones 2, 9)

  • Más que la nieve sus príncipes brillaban, eran más blancos que la leche; más rojo que el coral era su cuerpo, su aspecto era de zafiro. (Lamentaciones 4, 7)

  • Los príncipes fueron colgados por sus manos y el rostro de los ancianos no ha sido respetado. (Lamentaciones 5, 12)

  • después que Nabucodonosor, rey de Babilonia, se había llevado de Jerusalén a Jeconías, a los príncipes, a los rehenes, a los nobles y a los plebeyos, y los había deportado a Babilonia. (Baruc 1, 9)

  • para nuestros reyes, nuestros príncipes, nuestros sacerdotes, nuestros profetas y nuestros padres. (Baruc 1, 16)


“Enquanto estivermos vivos sempre seremos tentados. A vida é uma contínua luta. Se às vezes há uma trégua é para respirarmos um pouco.” São Padre Pio de Pietrelcina