Deuteronomio, 8

La Biblia de Jerusalén

1 Todos los mandamientos que yo os prescribo hoy, cuidad de practicarlos, para que viváis, os multipliquéis y lleguéis a tomar posesión de la tierra que Yahveh prometió bajo juramento a vuestros padres.

2 Acuérdate de todo el camino que Yahveh tu Dios te ha hecho andar durante estos cuarenta años en el desierto para humillarte, probarte y conocer lo que había en tu corazón: si ibas o no a guardar sus mandamientos.

3 Te humilló, te hizo pasar hambre, te dio a comer el maná que ni tú ni tus padres habíais conocido, para mostrarte que no sólo de pan vive el hombre, sino que el hombre vive de todo lo que sale de la boca de Yahveh.

4 No se gastó el vestido que llevabas ni se hincharon tus pies a lo largo de esos cuarenta años.

5 Date cuenta, pues, de que Yahveh tu Dios te corregía como un hombre corrige a su hijo,

6 y guarda los mandamientos de Yahveh tu Dios siguiendo sus caminos y temiéndole.

7 Pues Yahveh tu Dios te conduce a una tierra buena, tierra de torrentes, de fuentes y hontanares que manan en los valles y en las montañas,

8 tierra de trigo y de cebada, de viñas, higueras y granados, tierra de olivares, de aceite y de miel,

9 tierra donde el pan que comas no te será racionado y donde no carecerás de nada; tierra donde las piedras tienen hierro y de cuyas montañas extraerás el bronce.

10 Comerás hasta hartarte, y bendecirás a Yahveh tu Dios en esa tierra buena que te ha dado.

11 Guárdate de olvidar a Yahveh tu Dios descuidando los mandamientos, normas y preceptos que yo te prescribo hoy;

12 no sea que cuando comas y quedes harto, cuando construyas hermosas casas y vivas en ellas,

13 cuando se multipliquen tus vacadas y tus ovejas, cuando tengas plata y oro en abundancia y se acrecienten todos tus bienes,

14 tu corazón se engría y olvides a Yahveh tu Dios que te sacó del país de Egipto, de la casa de servidumbre;

15 que te ha conducido a través de ese desierto grande y terrible entre serpientes abrasadoras y escorpiones: que en un lugar de sed, sin agua, hizo brotar para ti agua de la roca más dura;

16 que te alimentó en el desierto con el maná, que no habían conocido tus padres, a fin de humillarte y ponerte a prueba para después hacerte feliz.

17 No digas en tu corazón: «Mi propia fuerza y el poder de mi mano me han creado esta prosperidad»,

18 sino acuérdate de Yahveh tu Dios, que es el que te da la fuerza para crear la prosperidad, cumpliendo así la alianza que bajo juramento prometió a tus padres, como lo hace hoy.

19 Pero si llegas a olvidarte de Yahveh tu Dios, si sigues a otros dioses, si les das culto y te postras ante ellos, yo certifico hoy contra vosotros que pereceréis.

20 Lo mismo que las naciones que Yahveh va destruyendo a vuestro paso, así pereceréis también vosotros por haber desoído la voz de Yahveh vuestro Dios.




Versículos relacionados com Deuteronomio, 8:

Deuteronomio 8 habla sobre la importancia de recordar a Dios en todas las circunstancias y no olvidar que todo lo que tenemos proviene de él. También enfatiza la necesidad de obediencia para que la gente de Israel pueda prosperar en la tierra prometida.

Proverbios 3:5-6: "Confía en el Señor de todo tu corazón y no confíes en tu propio entendimiento; reconoce al Señor en todos tus caminos, y él enderezará tus caminos". Este versículo enfatiza la necesidad de confiar en Dios y reconocerlo en todas las formas de vida, que es un mensaje central en Deuteronomio 8.

Deuteronomio 8:3: "Él te humilló y te dejó morir de hambre, y luego te alimentó con Maná, que ni tú ni tus antepasados ​​sabían, para mostrarte que el hombre no solo vive en pan, sino de cada palabra que procede de la boca de El Señor. " Este versículo es un recordatorio de que Dios es el proveedor de todas las cosas y que el pueblo de Israel debe confiar en él en todas las circunstancias.

Deuteronomio 8:6: "Obedecer, por lo tanto, a los mandamientos del Señor, tu Dios, caminando en tus caminos y temiéndolo". Aquí vemos el énfasis en la necesidad de obediencia a los mandamientos de Dios, que es un tema recurrente en Deuteronomio 8.

Filipenses 4:19: "Y mi Dios proporcionará todas sus necesidades de acuerdo con sus gloriosas riquezas en Cristo Jesús". Este versículo es una promesa de que Dios satisfará todas las necesidades de aquellos que confían en él, que es un mensaje central en Deuteronomio 8.

Deuteronomio 8:18: "Primero te recordarás al Señor, tu Dios, porque es lo que te da fuerza para adquirir riquezas; para confirmar su pacto, que ha jurado a tus padres, como verá hoy". Este versículo enfatiza que es Dios quien nos da la fuerza y ​​la capacidad de prosperar, y que siempre debemos recordarlo.



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