Nahún, 3

La Biblia de Jerusalén

1 ¡Ay de la ciudad sanguinaria, mentira toda ella, llena de rapiña, de incesante pillaje!

2 ¡Chasquido de látigos, estrépito de ruedas! ¡Caballos que galopan, carros que saltan,

3 caballería que avanza, llamear de espadas, centellear de lanzas... multitud de heridos, montones de muertos, cadáveres sin fin, cadáveres en los que se tropieza!

4 Es por las muchas prostituciones de la prostituta, bella de gracia y maestra en sortilegios, que vendía a las naciones con sus prostituciones y a los pueblos con sus sortilegios.

5 Aquí estoy contra ti - oráculo de Yahveh Sebaot -: voy a alzar tus faldas hasta tu cara, mostraré a las naciones tu desnudez, a los reinos tu vergüenza.

6 Arrojaré inmundicia sobre ti, te deshonraré y te pondré como espectáculo.

7 Y sucederá que todo el que te vea huirá de ti y dirá: «¡asolada está Nínive! ¿Quién tendrá piedad de ella? ¿Dónde buscarte consoladores?»

8 ¿Eres acaso tú mejor que No Amón, la asentada entre los Nilos, (rodeada de aguas), cuya barrera era el mar, cuya muralla las aguas?

9 Etiopía y Egipto eran su fuerza que no tenía límite; Put y los libios venían en su ayuda.

10 También ella fue al destierro, al cautiverio partió, también sus niños fueron estrellados en el cruce de todas las calles; se echaron suertes sobre sus notables, y todos sus grandes fueron aherrojados con cadenas.

11 También tú quedarás ebria, serás ésa que se esconde, también tú buscarás un refugio contra el enemigo.

12 Todas tus fortalezas son higueras cargadas de brevas: si se las sacude, caen en la boca de quien va a comerlas.

13 He ahí a tu pueblo: mujeres en medio de ti; a tus enemigos se abren enteras las puertas de tu país, el fuego ha devorado tus cerrojos.

14 Sácate agua para el asedio, refuerza tus fortalezas, métete en la arcilla, pisa el mortero, toma el molde de ladrillos.

15 Allí el fuego te consumirá, la espada te exterminará, (te devorará como el pulgón.) Multiplícate como el pulgón, multiplícate como la langosta;

16 multiplica tus mercaderes más que las estrellas del cielo, se despliegan los pulgones y se vuelan,

17 tus guardias como langostas, y tus escribas como enjambres de insectos, que se posan en las tapias en un día de frío; sale el sol y se van, y nadie sabe dónde. ¡Ay, cómo están

18 dormidos tus pastores, rey de Asur! Dormitan tus capitanes, tu pueblo está disperso por los montes, y no hay quien los reúna.

19 ¡No hay remedio para tu herida, incurable es tu llaga! Todos los que noticia de ti oyen baten palmas sobre ti; pues ¿sobre quién no pasó sin tregua tu maldad?




Versículos relacionados com Nahún, 3:

Naum 3 describe la destrucción de Nínive, la capital del Imperio Asirio, por su corrupción, violencia e idolatría. El capítulo anuncia la caída de la ciudad y la derrota de sus habitantes, y describe el horror y el caos que siguen su caída. Los versos seleccionados a continuación están relacionados con los temas de juicio, destrucción y pecado.

Isaías 13:9: "He aquí, el día del Señor viene, horrible, con furia y ira ardiente, para hacer la tierra en el blanqueador y destruir a los pecadores". Este versículo describe el día del juicio de Dios cuando vaya a castigar a los pecadores y traer destrucción.

Shaponias 1:15: "Ese día es un día de indignación, día de angustia y apretado, día de emoción y golpe, día de oscuridad y oscuridad, día de nubes y densa oscuridad". Este versículo describe la naturaleza terrible del juicio de Dios, que traerá destrucción y sufrimiento a los pecadores.

Jeremías 50:31-32: "He aquí, estoy en tu contra, oh excelente, dice el Señor Dios de los anfitriones, porque llegó tu día, el momento en que te visitaré. Y el excelente tropezará y caerá, y no allí allí Serán aquellos que se levanten; y prendiré fuego a sus ciudades y consumiré todos sus alrededores ". Este versículo habla de la caída de una excelente ciudad y la siguiente destrucción.

Jeremías 51:37: "Y Babilonia se convertirá en Montões, viviendo de los facones, el asombro y el silbato, sin habitantes". Este versículo describe la destrucción de una ciudad y su transformación en ruinas.

Isaías 47:11: "De lo que vendrá sobre ti mal que no sabrá cómo conjurar, y tal destrucción caerá sobre usted para que de ninguna manera sea adivinado; y de repente vendrá a la que no se sospecha". Este versículo habla de la destrucción que vendrá sobre los malvados repentina e inesperadamente, como un juicio divino sobre el pecado.



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