64. En aquel día el rey consagró el centro del atrio que estaba delante del templo del Señor, pues allí ofreció los holocaustos, las ofrendas y las grasas de los sacrificios de reconciliación, porque el altar de bronce que estaba delante del Señor era pequeño para tantos holocaustos, ofrendas y grasas de los sacrificios de reconciliación.





“Deve-se caminhar em nuvens cada vez que se termina uma confissão!” São Padre Pio de Pietrelcina