5. A los que habían resuelto matar a los hijos de los santos, de los que uno solo fue expuesto y se salvó, en castigo les quitaste la muchedumbre de sus hijos y los hiciste perecer a todos juntos en un agua impetuosa.





“Pode-se manter a paz de espírito mesmo no meio das tempestades da vida”. São Padre Pio de Pietrelcina