29. ¿Por qué este desprecio de mis sacrificios y mis dones, que yo mandé se ofrecieran en mi casa? ¿Por qué te has preocupado más de tus hijos que de mí, dejándolos que engordaran con lo mejor de todas las ofrendas de mi pueblo?





“Pode-se manter a paz de espírito mesmo no meio das tempestades da vida”. São Padre Pio de Pietrelcina