Sirácides (Eclesiástico), 32
17. El pecador no acepta la reprensión, siempre justifica lo que le gusta.
17. El pecador no acepta la reprensión, siempre justifica lo que le gusta.
“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina