Trouvé 242 Résultats pour: Dinero Sagrado

  • El que ama el dinero nunca tiene lo suficiente: ¿por qué, entonces, perseguir una satisfacción que nunca llegará? Esto no tiene sentido. (Eclesiastés (Qohelet) 5, 9)

  • La sabiduría es una protección como lo es el dinero; pero la ventaja del saber es que la sabiduría da la vida a los que la poseen. (Eclesiastés (Qohelet) 7, 12)

  • hacen banquetes para divertirse; se dan sus pasatiempos con el vino: ¡ el dinero lo resolverá todo! (Eclesiastés (Qohelet) 10, 19)

  • Pero con toda justicia serán castigados por dos motivos: primero porque desconocieron a Dios al irse con los ídolos, segundo porque cometieron un fraude, al hacer falsos juramentos menospreciando lo que es sagrado. (Sabiduría 14, 30)

  • No te empobrezcas festejándote con dinero prestado cuando no tienes nada en tu bolsillo. (Sirácides (Eclesiástico) 18, 33)

  • Uno compra muchas cosas con poco dinero, otro paga por ellas siete veces más. (Sirácides (Eclesiástico) 20, 12)

  • Como la lámpara que brilla en un candelabro sagrado, así es un hermoso rostro en un cuerpo armonioso. (Sirácides (Eclesiástico) 26, 17)

  • Muchos han pecado por amor al dinero, el que trata de enriquecerse se hace el desentendido. (Sirácides (Eclesiástico) 27, 1)

  • Aunque puedan reembolsarle, el acreedor tendrá suerte si recupera la mitad. En caso contrario, se habrán apoderado de su dinero y no habrá ganado más que un enemigo; éste le pagará con maldiciones e insultos, con desprecios en vez de agradecimientos. (Sirácides (Eclesiástico) 29, 6)

  • Es mejor que pierdas tu dinero por un hermano o por un amigo que dejarlo que se oxide inútilmente bajo una piedra. (Sirácides (Eclesiástico) 29, 10)

  • No es el momento para insultarlo ni para acosarlo con cuestiones de dinero. (Sirácides (Eclesiástico) 31, 32)

  • El dinero para sobornar desaparecerá junto con la injusticia, pero la fidelidad permanecerá para siempre. (Sirácides (Eclesiástico) 40, 12)


“Você deve ter sempre prudência e amor. A prudência tem olhos; o amor tem pernas. O amor, como tem pernas, gostaria de correr a Deus. Mas seu impulso de deslanchar na direção dEle é cego e, algumas vezes, pode tropeçar se não for guiado pela prudência, que tem olhos.” São Padre Pio de Pietrelcina