Trouvé 1815 Résultats pour: Hijo

  • Ella contestó: «Sí, Señor; yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.» (Evangelio según San Juan 11, 27)

  • Entonces Jesús dijo: «Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del Hombre. (Evangelio según San Juan 12, 23)

  • La gente le replicó: «Escuchamos la Ley y sabemos que el Mesías permanece para siempre. ¿Cómo dices tú que el Hijo del Hombre va a ser levantado? ¿Quién es ese Hijo del Hombre?» (Evangelio según San Juan 12, 34)

  • Estaban comiendo la cena y el diablo ya había depositado en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarle. (Evangelio según San Juan 13, 2)

  • Jesús le contestó: «Voy a mojar un pedazo de pan en el plato. Aquél al cual se lo dé, ése es.» Jesús mojó un pedazo de pan y se lo dio a Judas Iscariote, hijo de Simón. (Evangelio según San Juan 13, 26)

  • Cuando Judas salió, Jesús dijo: «Ahora es glorificado el Hijo del hombre y Dios es glorificado en él. (Evangelio según San Juan 13, 31)

  • Todo lo que pidan en mi Nombre lo haré, de manera que el Padre sea glorificado en su Hijo. (Evangelio según San Juan 14, 13)

  • Dicho esto, Jesús elevó los ojos al cielo y exclamó: «Padre, ha llegado la hora: ¡glorifica a tu Hijo para que tu Hijo te dé gloria a ti! (Evangelio según San Juan 17, 1)

  • Los judíos contestaron: «Nosotros tenemos una Ley, y según esa Ley debe morir, pues se ha proclamado Hijo de Dios.» (Evangelio según San Juan 19, 7)

  • Jesús, al ver a la Madre y junto a ella al discípulo que más quería, dijo a la Madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.» (Evangelio según San Juan 19, 26)

  • Estas han sido escritas para que crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios. Crean, y tendrán vida por su Nombre. (Evangelio según San Juan 20, 31)

  • Cuando terminaron de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?» Contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Jesús le dijo: «Apacienta mis corderos.» (Evangelio según San Juan 21, 15)


“Feliz a alma que atinge o nível de perfeição que Deus deseja!” São Padre Pio de Pietrelcina