Trouvé 447 Résultats pour: Naciones

  • Este nombró en seguida a Nicanor, hijo de Patroclo, uno de sus primeros Amigos, y lo envió al frente de unos veinte mil hombres procedentes de todas las naciones, con la orden de acabar con todos los judíos. Puso a su lado a Gorgias, general de mucha experiencia en asuntos de guerra. (2 Macabeos 8, 9)

  • El que dice a un malvado: "¡Tienes razón!" será maldito por el pueblo, las naciones lo detestarán. (Proverbios 24, 24)

  • Gobernarán naciones y dominarán a los pueblos, y el Señor será su rey para siempre. (Sabiduría 3, 8)

  • Gobernaré a los pueblos, y se me someterán las naciones. (Sabiduría 8, 14)

  • Porque, ¿quién podría decirte: "¿qué has hecho?"; quién podría oponerse a tus decisiones? ¿Quién podría llamarte la atención por aniquilar a naciones que tú creaste? ¿Quién te impediría castigar a hombres injustos? (Sabiduría 12, 12)

  • Por eso el castigo alcanzará también a los ídolos de las naciones, porque son cosas abominables en el seno de la creación: hacen caer las almas de los hombres y los insensatos se dejan seducir. (Sabiduría 14, 11)

  • Habían adoptado como dioses a ídolos venidos de todas las naciones - imágenes incapaces de ver con sus ojos, respirar con su nariz, oír con sus oídos; que no podían ni tocar con sus dedos ni caminar con sus pies. (Sabiduría 15, 15)

  • Devastó a muchos, destruyó sus naciones, borrando su recuerdo de la tierra. (Sirácides (Eclesiástico) 10, 17)

  • Tomé posesión de las olas del mar; míos son la tierra, todos los pueblos y todas las naciones. (Sirácides (Eclesiástico) 24, 6)

  • Forzó a expatriarse a hombres poderosos, convirtiéndolos en vagabundos entre las naciones extranjeras. (Sirácides (Eclesiástico) 29, 18)

  • Les pegará en los riñones a los que no tienen piedad y se vengará de las naciones. (Sirácides (Eclesiástico) 35, 20)

  • Ten piedad de nosotros, Señor, Dios de todas las cosas y míranos, y derrama tu temor en todas las naciones. (Sirácides (Eclesiástico) 36, 1)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina