Trouvé 154 Résultats pour: Reinado de Joás

  • Yavé no había decidido borrar el nombre de Israel de debajo de los cielos y los salvó por mano de Jeroboam, hijo de Joás. (2 Reyes 14, 27)

  • Azarías, hijo de Amasías, rey de Judá, comenzó a reinar el año veintisiete del reinado de Jeroboam en Israel. (2 Reyes 15, 1)

  • En el año diecisiete del reinado de Pecaj, hijo de Romelías, comenzó a reinar Ajaz, hijo de Jotam, rey de Judá. (2 Reyes 16, 1)

  • Tenía entonces veinticinco años y su reinado en Jerusalén duró veintinueve años. Su madre era Abí, hija de Zacarías. (2 Reyes 18, 2)

  • En el año cuarto del reinado de Ezequías, que es el año séptimo de Oseas, hijo de Elá, rey de Israel, vino Salmanasar, rey de Asur, contra Samaria y la sitió. (2 Reyes 18, 9)

  • El año catorce del reinado de Ezequías subió Senaquerib, rey de Asur, invadió Judá, sitió todas las ciudades fortificadas y se apoderó de todas ellas. (2 Reyes 18, 13)

  • En el año dieciocho de su reinado, el rey Josías mandó a su secretario Safán, hijo de Asalía, hijo de Mesulán, a la Casa de Yavé, diciéndole: (2 Reyes 22, 3)

  • Era el octavo año del reinado de Nabucodonosor. Este los detuvo y se llevó los tesoros de la Casa de Yavé y de la casa del rey. Además destruyó todos los objetos de oro que había hecho Salomón, rey de Israel, para el altar de Yavé. Así se cumplió la palabra que Yavé había dicho. (2 Reyes 24, 13)

  • En el noveno año del reinado de Sedecías, el día diez del décimo mes, vino Nabucodonosor con todo su ejército contra Jerusalén y acampó alrededor de la ciudad, (2 Reyes 25, 1)

  • El día siete del quinto mes del año diecinueve del reinado de Nabucodonosor, uno de sus oficiales, Nebuzardán, jefe de la guardia, entró en Jerusalén, (2 Reyes 25, 8)

  • éste de Joram, éste de Ocozías, éste de Joas, (1 Crónicas 3, 11)

  • Joaquim, los hombres de Cozebá y Joás y Saraf, que se casaron en Moab, antes de volver a Belén. Estas son cosas muy antiguas. (1 Crónicas 4, 22)


“O Senhor nos dá tantas graças e nós pensamos que tocamos o céu com um dedo. Não sabemos, no entanto, que para crescer precisamos de pão duro, das cruzes, das humilhações, das provações e das contradições.” São Padre Pio de Pietrelcina