Trouvé 359 Résultats pour: Tributo del Templo

  • Uno de esos días en que Jesús enseñaba en el Templo anunciando la Buena Nueva al pueblo, se acercaron los jefes de los sacerdotes y los maestros de la Ley con algunos jefes de los judíos, y le dijeron: (Evangelio según San Lucas 20, 1)

  • Jesús levantó la mirada y vio a unos ricos que depositaban sus ofrendas en el arca del tesoro del Templo. (Evangelio según San Lucas 21, 1)

  • Como algunos estaban hablando del Templo, con sus hermosas piedras y los adornos que le habían sido regalados, (Evangelio según San Lucas 21, 5)

  • Durante el día Jesús enseñaba en el Templo, y luego salía e iba a pasar la noche al aire libre al monte de los Olivos. (Evangelio según San Lucas 21, 37)

  • Y desde muy temprano todo el pueblo acudía donde él al Templo para escucharlo. (Evangelio según San Lucas 21, 38)

  • y fue a tratar con los jefes de los sacerdotes y con los jefes de la policía del Templo sobre el modo de entregarles a Jesús. (Evangelio según San Lucas 22, 4)

  • Jesús se dirigió después a los que habían venido a tomarlo preso, a los jefes de los sacerdotes, de la policía del Templo y de los judíos y les dijo: «Tal vez buscan a un ladrón, y por eso han venido a detenerme con espadas y palos. (Evangelio según San Lucas 22, 52)

  • ¿Por qué no me detuvieron cuando día tras día estaba entre ustedes en el Templo? Pero ahora reinan las tinieblas, y es la hora de ustedes.» (Evangelio según San Lucas 22, 53)

  • En ese momento la cortina del Templo se rasgó por la mitad, (Evangelio según San Lucas 23, 45)

  • y continuamente estaban en el Templo alabando a Dios. (Evangelio según San Lucas 24, 53)

  • Encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas, sentados detrás de sus mesas. (Evangelio según San Juan 2, 14)

  • Hizo un látigo con cuerdas y los echó a todos fuera del Templo junto con las ovejas y bueyes; derribó las mesas de los cambistas y desparramó el dinero por el suelo. (Evangelio según San Juan 2, 15)


“O Anjo de Deus não nos abandona jamais.” São Padre Pio de Pietrelcina