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Un tercio de tus habitantes morirá de peste o será consumido por el hambre dentro de tus muros; un tercio será muerto a espada en todo tu alrededor, dispersaré a los demás a los cuatro vientos y accionaré la espada tras ellos. (Ezequiel 5, 12)
Sus altares serán derribados, sus altares para el perfume serán rotos. Haré que sus habitantes sean masacrados delante de sus ídolos. (Ezequiel 6, 4)
Sus habitantes serán masacrados en medio de ustedes y sabrán que yo soy Yavé. (Ezequiel 6, 7)
"Hijo de hombre, bien sabes lo que los habitantes de Jerusalén dicen de tus hermanos, de tus vecinos, de todos los desterrados: Que se queden allá lejos de Yavé, pues nosotros hemos heredado esta tierra. (Ezequiel 11, 15)
Y luego dirás a propósito de los señores de Jerusalén: Esta palabra de Yavé está destinada a los habitantes de Jerusalén, a todos los que están todavía en la tierra de Israel: Comerán su pan en medio de la angustia, beberán su agua en medio de su tristeza, porque su país será desolado, privado de sus riquezas a causa de la violencia de sus habitantes. (Ezequiel 12, 19)
Por eso, así habla Yavé: Los habitantes de Jerusalén son como la madera de parra que se echa al fuego junto con los árboles silvestres. (Ezequiel 15, 6)
Destruyó sus palacios, arrasó sus ciudades, sus rugidos aterrorizaban al país y a sus habitantes. (Ezequiel 19, 7)
Los habitantes de Jerusalén no lo pueden creer, pero el rey de Babilonia no se ha olvidado de su infidelidad y se lo hará pagar. (Ezequiel 21, 28)
Pues bien, esto dice Yavé: Me preparo para levantar mi mano en contra de los filisteos. Eliminaré a los quereteos y destruiré lo que queda de los habitantes de la costa. (Ezequiel 25, 16)
Entonces cantarán por ti este canto fúnebre: ¿Dónde está la ciudad famosa a la que sus habitantes daban tanto prestigio? (Ezequiel 26, 17)
Los habitantes de Sidón y de Arvad eran tus remeros, pero los pilotos eran tus peritos; (Ezequiel 27, 8)
Los habitantes de todas las islas están muy consternados, los reyes tiritan, su rostro se descompone. (Ezequiel 27, 35)