Trouvé 81 Résultats pour: Entrañas

  • Pero el cuero del novillo y toda su carne, lo mismo que su cabeza y sus patas, sus entrañas y sus excrementos (Levítico 4, 11)

  • Se ofrecerá toda la grasa de la víctima: la cola y la grasa que recubre las entrañas; (Levítico 7, 3)

  • En seguida tomó toda la grasa que está sobre las entrañas, la protuberancia del hígado y los dos riñones con su grasa, y los hizo arder sobre el altar. (Levítico 8, 16)

  • Después de lavar con agua las entrañas y las patas, Moisés hizo que todo el carnero ardiera sobre el altar, como un holocausto de aroma agradable: era una ofrenda que se quema para el Señor, según la orden que el Señor le había dado. (Levítico 8, 21)

  • En seguida tomó toda la grasa -la cola, la grasa que recubre las entrañas, la protuberancia del hígado y los dos riñones con su grasa- y la pata derecha. (Levítico 8, 25)

  • Después de lavar las entrañas y las patas, también las hizo arder sobre el altar junto con el holocausto. (Levítico 9, 14)

  • Todas las partes grasosas del toro y del carnero -la cola, la grasa que recubre las entrañas, los riñones y la protuberancia del hígado- (Levítico 9, 19)

  • Que estas aguas portadoras de maldición penetren en tus entrañas, para que se hinche tu vientre y te vuelvas estéril". Y la mujer responderá: "Amén, amén". (Números 5, 22)

  • Benditos serán el fruto de tus entrañas y el fruto de tu suelo, los partos de tu ganado y las crías de tus vacas y tus ovejas. (Deuteronomio 28, 4)

  • El Señor te dará sobreabundancia de bienes en el fruto de tus entrañas, en las crías de tu ganado y en los productos de tu suelo, de la tierra que él te da, porque así lo juró a tus padres. (Deuteronomio 28, 11)

  • Malditos serán el fruto de tus entrañas y el fruto de tu suelo, las crías de tus vacas y los partos de tus ovejas. (Deuteronomio 28, 18)

  • Y durante el asedio, será tal la penuria a que te reducirá tu enemigo, que te comerás hasta el fruto de tus entrañas, la carne de tus hijos y de tus hijas, los mismos que el Señor, tu Dios, te había dado. (Deuteronomio 28, 53)


“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina