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  • Amasías reunió a la gente de Judá y puso al frente de todo Judá y de Benjamín, agrupados por familias, jefes de mil y de cien hombres. Registró a los que tenían más de veinte años, y comprobó que había trescientos mil guerreros aptos para salir en campaña, armados de lanza y escudo. (II Crónicas 25, 5)

  • Ajaz tenía veinte años cuando comenzó a reinar, y reinó dieciséis años en Jerusalén. Él no hizo lo que es recto a los ojos del Señor, a diferencia de su padre David. (II Crónicas 28, 1)

  • Pécaj, hijo de Remalías, mató en un solo día a ciento veinte mil hombres valientes de Judá, porque habían abandonado al Señor, el Dios de sus padres. (II Crónicas 28, 6)

  • La inscripción de los sacerdotes se hacía por casa paternas, y la de los levitas -a partir de los veinte años- por funciones y por clases. (II Crónicas 31, 17)

  • El segundo año de su llegada al Templo de Dios en Jerusalén, en el segundo mes, Zorobabel, hijo de Sealtiel, y Josué, hijo de Josadac, con el resto de sus hermanos, los sacerdotes, los levitas y todos los que habían vuelto del exilio a Jerusalén, comenzaron la obra y designaron a algunos levitas mayores de veinte años para que dirigieran los trabajos de la Casa del Señor. (Esdras 3, 8)

  • Además, nos enviaron a Jasabías, de los hijos de Merarí, junto con su hermano Isaías y con sus hijos: en total, veinte hombres; (Esdras 8, 19)

  • y de entre los empleados del Templo que David y los jefes habían puesto al servicio de los levitas, enviaron doscientos veinte hombres, todos registrados personalmente. (Esdras 8, 20)

  • veinte copas de oro de mil dáricos y dos vasos de bronce bruñido tan preciosos como el oro. (Esdras 8, 27)

  • Todos los hombres de Judá y de Benjamín se reunieron en Jerusalén dentro de los tres días. Era el día veinte del noveno mes. Todo el pueblo se ubicó en la plaza de la Casa de Dios, lleno de temor por este asunto y también porque llovía a cántaros. (Esdras 10, 9)

  • Tobit le dijo: "Él me dio un recibo y yo le di otro; lo dividí en dos partes, cada uno tomó la suya y yo puse mi parte con el dinero. Ya hace veinte años que deposité esa suma. Ahora, hijo mío, busca una persona de confianza para que te acompañe; le pagaremos un sueldo hasta que vuelvas. Ve entonces a recuperar ese dinero". (Tobías 5, 3)

  • y había hecho levantar sus puertas hasta una altura de treinta y cinco metros, por veinte de ancho, para que pudiera pasar su poderoso ejército y desfilar su infantería. (Judit 1, 4)

  • Finalmente, regresó con sus tropas y con la enorme multitud de guerreros que lo habían seguido, y todos se entregaron despreocupadamente a la buena vida durante ciento veinte días. (Judit 1, 16)


“O Santo Sacrifício da Missa é o sufrágio mais eficaz, que ultrapassa todas as orações, as boas obras e as penitências. Infalivelmente produz seu efeito para vantagem das almas por sua virtude própria e imediata.” São Padre Pio de Pietrelcina