Trouvé 44 Résultats pour: Entrado

  • Eliseo murió y fue sepultado. Entrado el año, unas bandas de Moab hicieron correrías en el país; (II Reyes 13, 20)

  • Cuando el idumeo Doeg vino a anunciar a Saúl: "David ha entrado en casa de Ajimélec". (Salmos 52, 2)

  • Pero cuando Arsaces, rey de Persia y de Media supo que Demetrio había entrado en su territorio, mandó a uno de sus generales a capturarlo vivo. (I Macabeos 14, 2)

  • Ellos cerraron el templo, practicaron una abertura en el techo y, a pedradas, acabaron con el jefe (y los que habían entrado en él); los despedazaron y tiraron sus cabezas a los de afuera. (II Macabeos 1, 16)

  • Así era llevado, incapaz de valerse por sí mismo, aquel que poco antes había entrado arrogante en la sala del tesoro con gran séquito y numerosa escolta, reconociendo todos claramente el poder de Dios. (II Macabeos 3, 28)

  • Había entrado en la ciudad de Persépolis, intentando saquear el templo y apoderarse de la ciudad; pero la muchedumbre empuñó las armas y atacó con gran ímpetu, y Antíoco con los suyos tuvo que huir avergonzado. (II Macabeos 9, 2)

  • He entrado en mi jardín, hermana mía, novia mía, he recogido mi bálsamo y mi mirra, he comido mi miel y mi panal, he bebido mi vino y mi leche. Coro: ¡Comed, amigos, y bebed, embriagaos, compañeros! (Cantar 5, 1)

  • Estamos avergonzados escuchando insultos; la vergüenza ha cubierto nuestros rostros, porque han entrado extranjeros en el santuario del templo del Señor. (Jeremías 51, 51)

  • Pero ¿quién ha encontrado su mansión, quién ha entrado en sus tesoros? (Baruc 3, 15)

  • Y el Señor me dijo: "Esta puerta permanecerá cerrada, porque por aquí ha entrado el Señor, el Dios de Israel; quedará, pues, cerrada. (Ezequiel 44, 2)

  • y le dijo: Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin tener un traje de boda? Pero él no contestó. (Mateo 22, 12)

  • Jesús le preguntó: "¿Cómo te llamas?". Él contestó: "Me llamo legión". Porque habían entrado en él muchos demonios. (Lucas 8, 30)


“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina