Trouvé 142 Résultats pour: Manasés

  • Las tribus de Rubén y de Gad y la otra media tribu de Manasés ya recibieron su parte, la que les dio Moisés en Transjordania, cuando se la distribuyó Moisés, el siervo del Señor: (Josué 13, 8)

  • Moisés dio también a la media tribu de Manasés una parte, según sus clanes. (Josué 13, 29)

  • La mitad de Galaad, Astarot y Edreí, ciudades del reino de Og, en Basán, fueron dadas a los hijos de Maquir, hijo de Manasés, a la mitad de los hijos de Maquir, según sus clanes. (Josué 13, 31)

  • Los hijos de José formaban dos tribus: Manasés y Efraín. No se dio parte alguna a los levitas en la tierra, sino solamente algunas ciudades para habitar, y pastos para sus ganados y rebaños. (Josué 14, 4)

  • Tal era la heredad de los hijos de José: Manasés y Efraín. (Josué 16, 4)

  • aparte de las ciudades reservadas a Efraín en la heredad de Manasés; todas las ciudades y sus aldeas. (Josué 16, 9)

  • Éste es el territorio que tocó en suerte a la tribu de Manasés, el primogénito de José. A Maquir, primogénito de Manasés y padre de Galaad, hombre de guerra, le cayó en suerte Galaad y Basán. (Josué 17, 1)

  • Se les dio también una parte a los demás hijos de Manasés, por clanes: los hijos de Abiezer, los de Jélec, los de Asriel, los de Siquén, los de Jéfer, los de Semidá; tales eran los hijos varones de Manasés, por clanes. (Josué 17, 2)

  • Selofjad, hijo de Jéfer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés, no tuvo hijos, sino solamente hijas, que se llamaban: Majlá, Noá, Joglá, Milcá, Tirsá. (Josué 17, 3)

  • Así, a Manasés le tocaron diez partes, además de la tierra de Galaad y Basán, en Transjordania, (Josué 17, 5)

  • pues las hijas de Manasés recibieron una parte igual que los varones. La tierra de Galaad fue para los otros hijos de Manasés. (Josué 17, 6)

  • La frontera de Manasés iba de Aser a Micmetat, frente a Siquén; seguía a la derecha hacia Yasib, a la fuente de Tapúaj. (Josué 17, 7)


O sábio elogia a mulher forte dizendo: os seu dedos manejaram o fuso. A roca é o alvo dos seus desejos. Fie, portanto, cada dia um pouco. Puxe fio a fio até a execução e, infalivelmente, você chegará ao fim. Mas não tenha pressa, pois senão você poderá misturar o fio com os nós e embaraçar tudo.” São Padre Pio de Pietrelcina