Trouvé 261 Résultats pour: Salomón

  • Salomón construyó el templo del Señor y el palacio real en veinte años. (II Crónicas 8, 1)

  • y a los que los israelitas no habían podido exterminar, Salomón les impuso un servicio de prestación personal hasta nuestros días. (II Crónicas 8, 8)

  • Los jefes y capataces que tenía el rey Salomón al mando de los obreros eran doscientos cincuenta. (II Crónicas 8, 10)

  • Salomón trasladó a la hija del Faraón de la ciudad de David al palacio que había construido para ella, pues se decía: "Una mujer mía no puede habitar en el palacio de David, rey de Israel, porque los lugares donde ha estado el arca del Señor son lugares santos". (II Crónicas 8, 11)

  • Salomón ofreció entonces holocaustos al Señor sobre el altar que él había levantado delante del atrio, (II Crónicas 8, 12)

  • Así se llevó a cabo toda la obra de Salomón, desde el día que se pusieron los cimientos del templo del Señor hasta su terminación. (II Crónicas 8, 16)

  • Entonces Salomón salió hacia Asiongaber y Elat, a orillas del mar, en el territorio de Edón. (II Crónicas 8, 17)

  • Jirán, por medio de sus servidores, le había enviado navíos y marineros expertos en las cosas del mar, que con los siervos de Salomón fueron a Ofir y trajeron unos dieciséis mil kilos de oro para el rey Salomón. (II Crónicas 8, 18)

  • La reina de Sabá tuvo conocimiento de la fama de Salomón, y fue a Jerusalén para ponerlo a prueba con enigmas. Iba revestida de poderío y seguida de una gran caravana de camellos cargados de aromas, oro en abundancia y piedras preciosas. Se presentó a Salomón y le planteó todo lo que pensaba. (II Crónicas 9, 1)

  • Salomón le resolvió todas sus cuestiones; no hubo nada que no pudiera resolver. (II Crónicas 9, 2)

  • Cuando la reina de Sabá vio la sabiduría de Salomón y el palacio que había construido, (II Crónicas 9, 3)

  • Luego ofreció al rey ciento cuatro mil kilos de oro y gran cantidad de aromas y piedras preciosas. Nunca más se vio tanta cantidad de aromas como la que la reina de Sabá ofreció al rey Salomón. (II Crónicas 9, 9)


“A cada vitória sobre o pecado corresponde um grau de glória eterna”. São Padre Pio de Pietrelcina